UIMP.- Expertos en derechos humanos denuncian un retroceso en las libertades y el riesgo de legalización de la tortura

Actualizado: jueves, 21 agosto 2008 19:47

Garcés defiende que "la historia del mundo hubiera sido diferente" si George Bush no hubiera accedido a la Presidencia de Estados Unidos

SANTANDER, 21 Ago. (EUROPA PRESS) -

Expertos en derechos humanos denunciaron hoy en Santander que, pese al "aparente" avance de la justicia internacional, se está produciendo un "retroceso en las libertades", con el "riesgo" de que la tortura deje de ser una práctica clandestina para convertirse en una actividad legalizada como medida con carácter "ejemplar".

Así lo señalaron en rueda de prensa el director de Amnistía Internacional en España, Esteban Beltrán; y el jurista Joan Garcés, responsable del equipo de abogados de la acusación contra el que fuera dictador chileno, el militar Augusto Pinochet, a raíz del proceso iniciado en 1996 en la Audiencia Nacional de España.

Los cursos de verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) conmemoran en esta edición el 60 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, con un ciclo que, en su sesión de hoy, modera el periodista Víctor Gijón y se centra en los artículos 5, 6 y 7, correspondientes, respectivamente, a las alusiones a las torturas, el reconocimiento de la personalidad jurídica y la igualdad ante la ley.

El responsable de Amnistía Internacional en España resaltó que el retroceso en las libertades contrasta con una situación en la que "se detiene como nunca a criminales" contra las libertades, y recordó que hasta seis ex presidentes latinoamericanos se encuentran en prisión y que hay un total de 115 criminales de la guerra en la ex Yugoslavia detenidos, entre otros.

Sin embargo, criticó que "por primera vez en la historia" es una democracia la que regula por ley el uso de la tortura para obtener pruebas. Al respecto, el jurista Joan Garcés explicó que, tras los atentados del 11 de septiembre en Nueva York, las consecuencias han sido "extraordinariamente gravosas" para los derechos humanos debido a la reacción de "la potencia más fuerte del mundo", que, aseguró, ha entendido que las normas internacionales pueden quedar "en suspenso".

ALTERNATIVAS

No obstante, expuso que "la historia del mundo hubiera sido diferente" si el presidente de Estados Unidos hubiera sido el demócrata Al Gore, del que recordó que ganó en mayoría de sufragios populares y que si no fue elegido fue por la diferencia de un voto en la Corte Supremo.

Frente a la política de Bush, Garcés elogió el "impulso" a los derechos humanos y una política exterior diferente durante los años de la Administración Clinton, y afirmó que los dos candidatos a las elecciones en Estados Unidos se han distanciado respecto a la política actual.

Además, valoró que, en estos momentos, las organizaciones civiles y de derechos humanos cuentan con un mayor grado de organización que en el pasado, y también que ni en el propio Estados Unidos ni en el resto de la comunidad internacional se asiste con "pasividad" a esta situación.

Al respecto, Bretón citó medidas judiciales o políticas en el seno de la Unión Europea, Gran Bretaña o España, aunque advirtió que la tendencia de Estados Unidos la siguen otras grandes potencias como Rusia o China, de quien ironizó con su "coherencia". "Viola los derechos humanos dentro y fuera de sus fronteras", aseveró.

También alertó sobre el incremento del gasto militar, que, indicó, ha alcanzado ya el mismo que se produjo en el último año de la Guerra Fría.

Garcés también se refirió a la situación en Chile tras el proceso judicial iniciado en España contra el dictador Augusto Pinochet y el resto de dirigentes o militares autores de torturas durante este régimen militar. Así, alabó que la situación actual "ha cambiado" en relación con la tendencia de hace años de "no tocar" esta cuestión, aunque lamentó que los cambios, tanto legislativos como judiciales, se producen con lentitud.

MUJERES E INMIGRANTES

Por otra parte, Beltrán se refirió a lo que consideró un "nuevo apartheid", el que se sufren las mujeres en todo el mundo, ya que a pesar de que la declaración de los derechos humanos prohíbe la discriminación, todavía hay una treinta de constituciones o códigos penales que dictaminan la "inferioridad" de la mujer.

Asimismo, aludió a los "nuevos esclavos del siglo XXI" en que corren el riesgo de convertirse los trabajadores inmigrantes que, en los países de acogida, ven restringidos derechos como el de reunión y asociación.