Cañizares dice que las claves que Don Marcelo dio para superar la "quiebra moral" hoy se necesitan "urgentemente"

Actualizado: jueves, 16 marzo 2006 23:56

Bono recalca que aprendió del cardenal a no "sentir vergüenza de confesar mi patriotismo y mi fe"

TOLEDO, 16 Mar. (EUROPA PRESS)

El arzobispo de Toledo, Primado de España y cardenal electo, monseñor Antonio Cañizares, ensalzó hoy la figura del que también fuera arzobispo de la diócesis y cardenal Don Marcelo González Martín, al asegurar que las claves que dio para superar "la quiebra moral" hoy se necesitan de forma "urgente y apremiante". Por su parte, el ministro de Defensa, José Bono, dejó claro que su relación con Don Marcelo le ayudó a "no sentir vergüenza de confesar mi patriotismo y mi fe".

Ambos se manifestaron de esta forma en la presentación de los libros 'Cardenal Marcelo González Martín. Escritos sobre la Transición Política Española (1977-1984)', de José Joaquín Morales, y 'Don Marcelo, Servidor y Maestro', de Concepción Rueda, en un acto celebrado en el Arzobispado de Toledo, y al que también asistieron, el vicepresidente primero del Gobierno regional, Fernando Lamata; el presidente de la Diputación de Toledo, José Manuel Tofiño; el obispo auxiliar de Toledo, Ángel Rubio; y el deán de la Catedral Primada, Santiago Calvo Valencia.

Durante su intervención, Cañizares elogió ambas obras por considerar que recogen "trazos gruesos y llenos de verdad" sobre la figura del cardenal, al cual calificó como "hombre bueno, de fe, que tuvo a Dios como su gran pasión". Según afirmó, se trata de dos libros que "nos ponen delante de un gran hombre, un gran pastor, gran servidor, apasionado por la palabra y figura hondamente humana".

Es más, se mostró convencido de que la sociedad necesita conocer "más hondamente" la figura de Don Marcelo, a lo que contribuirán estos dos libros, apostando incluso por dar difusión mediática y social a su vida, ya que "nos ayudaría muchísimo para encontrar luz en el camino de futuro de esta España que él tanto amó".

Además, monseñor Cañizares resaltó que la vida del cardenal dejó "un caudal de enseñanzas" plagadas de una "lucidez extraordinaria", poniendo como ejemplo el que muchos de sus diagnósticos "hoy sean realidad".

Para el arzobispo de Toledo, Don Marcelo hablaba del "humanismo abandonado", algo que "hoy se está cumpliendo", lo que le llevó a afirmar que "las claves que dio para superar la quiebra moral son las que hoy necesitamos de manera urgente y apremiante". También dejó claro que el cardenal no fue hombre de "retroceso", sino de "avance y renovación", y subrayó la sintonía de sus escritos con las tesis del actual Papa, Benedicto XVI.

"Necesitamos acudir a sus enseñanzas para la renovación de una Iglesia, testigo del mundo", remarcó, concluyendo que la figura de este hombre sirvió para "arrojar una luz muy grande para una España que hoy necesita de esa luz".

BONO EMPEZÓ "MAL" CON DON MARCELO

Estas mismas palabras de elogio dedicó Bono a la figura del cardenal, de cuya vida relató numerosas anécdotas, como el día en que le conoció en 1984, recién elegido presidente de Castilla-La Mancha. Según explicó, su relación con Don Marcelo empezó "mal" debido a que no fijó como festivo no laborable en Castilla-La Mancha el día de San José, al utilizar un consejero de su gobierno un calendario del año anterior en el que el 19 de marzo caía en domingo.

Don Marcelo, continuó, dictó una pastoral cuestionando el que el presidente autonómico no fuera devoto del santo de su nombre, tras lo cual ambos mantuvieron una conversación en la que Bono le explicó el error, y "me creyó". "A partir de entonces, comenzó a creer en aquel presidente socialista", dijo Bono, quien aseguró haberle contado cosas "en secreto de confesión".

Para el actual ministro de Defensa, fue fácil descubrir que no era "un cardenal cualquiera", ni pasó por la vida "sin pena ni gloria". Al contrario, puntualizó que Don Marcelo tuvo "la gloria de lo púrpura y de un Príncipe de la Iglesia, gloria intelectual y doctrinal", y "penas como la de Barcelona, a donde le llevaron sin querer", y donde "dijo que los que mas le hicieron sufrir fueron los curas".

Según Bono, al cardenal lo que más le gustaba era predicar "y se le notaba", ya que disponía de una "doctrina clara, que exponía de forma didáctica y muy amena" y de una "gran fuerza para trasladar el sentimiento de la fe". Es más, aseguró que fue él "el fuelle que dio aire a los escollos de mi fe", aunque consideró paradójico el hecho de que "el cardenal que enterró a Franco avivara las ascuas de un socialista".

También, tras hablar de él como "seductor", enumeró otros acontecimientos de su vida como el que le instara a no subvencionar un Belén viviente en la Plaza de Zocodover de Toledo, que era "una porquería"; o el hecho de que llegara al lecho de Don Marcelo dos horas antes de su muerte. "Murió con mi mano izquierda cogida y fue la primera persona a la que vi morir", confesó.

"Además de un hombre bueno, era un patriota, y de él aprendí a reforzar mis sentimientos de patriota, y a no sentir vergüenza de confesar mi patriotismo y mi fe. Aunque sé que a algunos de mi patria no les gustan algunos de mi fe, y que a algunos de mi fe, nos les gustan algunos de mi patria, no renunciaré a los unos ni a los otros", concluyó.

"CALAR EN LOS CORAZONES"

Previamente, Fernando Lamata se refirió a ambos libros destacando de la obra de Concepción Rueda el "rigor y el amor", poniendo "negro sobre blanco" en la vida de un "gran hombre", del que también resaltó su "mente clara", su "simpatía" y el haber sabido "calar hondo en los corazones".

Del libro de José Joaquín Morales, el vicepresidente primero elogió su carácter político, si bien dejó claro que en el mismo hay cosas con las que coincide y otras con las que discrepa, al entender que el periodo vivido desde la Constitución de 1978 ha sido "rico, conflictivo y difícil", pero también "el de más desarrollo social y de vida pacífica y democrática".

José Manuel Tofiño, por su parte, quiso recordar el trabajo "extraordinario" realizado por el cardenal en la provincia de Toledo, el cual "sigue vigente no solo por su espiritualidad y humanidad, sino por las obras que obligó a realizar", en referencia a la construcción y rehabilitación de iglesias.

Durante la presentación, el propio José Joaquín Morales, párroco del Patrocinio de San José de Talavera de la Reina (Toledo), explicó que su libro procede de la tesina que realizó para su Licenciatura en Derecho Canónico en 1995, y que fue editado por el Instituto Superior de Teología San Ildefonso de Toledo.

Según relató, se decidió a realizar este trabajo tras comprobar que muchos de los escritos de Don Marcelo y sus impresiones durante la Transición española se convirtieron en "proféticos", y que además "no temió señalar su inquietud sobre determinados puntos de la Constitución y medidas legislativas". Nunca se opuso a la Carta Magna, explicó Morales, pero "tampoco le importó ser políticamente incorrecto" al advertir de los riesgos de medidas referidas al divorcio, al aborto o a la enseñanza.

También Concepción Rueda habló de su obra, una biografía del cardenal, originada en la "fluida relación" que mantuvo con Don Marcelo desde que le conoció en 1995, y que completó con documentos y cartas pastorales.

Al finalizar el acto, un centenar de manifestantes seguían concentrados ante las puertas del Arzobispado de Toledo, a favor de la libertad de expresión y contra la censura, tras la polémica suscitada por la representación de la obra 'La revelación' de Leo Bassi. No obstante, los asistentes al acto abandonaron el Palacio Arzobispal por otra puerta y los manifestantes, a los que también se unieron una decena de trabajadores de RTVE contra el desmantelamiento de los centros territoriales, terminaron por dispersarse al cabo de una hora.