El cardenal de Toledo defiende el matrimonio, en una España "sacudida por la terrible plaga del divorcio"

Actualizado: domingo, 8 octubre 2006 16:17

TOLEDO, 8 Oct. (EUROPA PRESS)

El cardenal y arzobispo de Toledo, monseñor Antonio Cañizares, defendió hoy el matrimonio y el "amor conyugal fiel e indestructible" como aquello que "tanto necesita esta España nuestra sacudida por la plaga terrible del divorcio que, además, está teniendo tan graves consecuencias en nuestro país".

En la homilía pronunciada en la Catedral de Toledo, monseñor Cañizares se refirió también al "divorcio exprés" como "una realidad muy dura que no se puede mantener por más tiempo" y apeló al matrimonio como "un bien escrito en la naturaleza misma del ser humano" que pertenece "al bien común y al patrimonio de la humanidad que no se puede destruir con tanta ligereza como se viene haciendo".

Indicó que la "indisolubilidad" pertenece "a la entraña del matrimonio" y recordó que, a este respecto, la palabra de Jesucristo "es muy clara" y "no admite duda ni tergiversación" pues "la exigencia de fidelidad y estabilidad que la misma razón humana descubre en el matrimonio aparece en la palabra de Jesucristo con toda claridad".

En este sentido, el cardenal de Toledo aseveró que el matrimonio es una institución estable, duradera pero indisoluble frente a "las diversas formas actuales de disolución del matrimonio", como las uniones libres "y hasta el pseudo matrimonio entre personas del mismo sexo" que, según dijo, "son expresiones de una libertad anárquica que se quiere presentar erróneamente como verdadera liberación del hombre".

"Esa pseudo libertad se funda en una trivialización del cuerpo que inevitablemente incluye la trivialización del hombre. Se basa en el supuesto de que el hombre puede hacer de sí mismo lo que quiera" y por ello, añadió, "nos encontramos ante un gran reto: presentar, defender, vivir, propiciar el evangelio de la familia al que pertenece la verdad del matrimonio y su indisolubilidad".

Monseñor Antonio Cañizares recordó que cuando varón y mujer contraen matrimonio establecen entre sí un vínculo permanente, "y aunque ellos fueron libres para contraerlo no lo son para romper el vínculo que nació de su mutuo consentimiento".

"Las cosas son así, aunque nos hayamos acostumbrado, por la dureza de nuestro corazón, al divorcio. La iglesia sabe que marcha contracorriente cuando anuncia la indisolubilidad del vínculo matrimonial y no debería extrañarnos que esta enseñanza no sea aplicada por todos", precisó.