CIUDAD REAL, 15 Oct. (EUROPA PRESS) -
El Gobierno de Castilla-La Mancha, a través de la Consejería de Sanidad, destinó, en el presente año, un total de 232.307 euros al desarrollo de los programas de Educación de Calle, Centro de Día y Piso Tutelado que Cáritas Diocesana de Ciudad Real gestiona y con los que pretende captar y realizar una primera atención a personas con graves problemas de adicciones y que por su desarraigo social demandan de forma voluntaria una atención sociosanitaria acorde a sus necesidades.
Así, según informó la Junta en nota de prensa, el director general de Planificación y Atención Sociosanitaria, José Luis López Hernández, acompañado por el delegado provincial de Sanidad, Ricardo Ruiz, visitó hoy los diferentes dispositivos que esta institución gestiona en Ciudad Real y que ha permitido que más de 350 personas hayan recibido la atención que necesitan y hayan continuado con su tratamiento.
López, durante su visita al Centro de Encuentro y Acogida "Siloé", junto con al secretaria general de Cáritas, María Luisa Vela, reiteró el compromiso del Gobierno de Castilla-La Mancha con este colectivo a través del Plan Regional de Drogas, que recoge una serie de medidas para mejorar la calidad de vida de los drogodependientes y las personas en riesgo de exclusión social.
El director general recordó que la colaboración que mantienen Cáritas y la Consejería de Sanidad desde 1998 que ha contribuido a mejorar las condiciones de estas personas y ayudarles a que se sientan integrados en la sociedad. Además, insistió en que su compromiso es "colaborar con todas aquellas personas que más requieren de nuestra ayuda y solidaridad".
Así, el programa de "Educación en Calle" pretende captar a drogodependientes que no acuden a tratamiento, en los lugares de consumo, facilitándoles el acceso a programas terapéuticos que faciliten una mejora de su situación y el abandono del consumo de drogas.
El Centro de Día "Siloé" que acoge a personas con problemas de drogodependencias que han iniciado ya su tratamiento, les ofrece un espacio de estancia diurna en la que los usuarios pueden desarrollar diferentes actividades, comida y reposo. En este recurso las personas se implican en la solución de sus problemas y en la toma de decisiones lo que les ayuda a adquirir hábitos de vida saludable.
Finalmente, el piso tutelado se ofrece durante la noche y los fines de semana a aquellas personas que no tienen domicilio para que puedan cubrir sus necesidades básicas. Desde este dispositivo, Cáritas intenta inculcar hábitos sociales que favorezcan la integración, en un ambiente propicio, y ayudándoles a que así puedan plantearse comenzar procesos de deshabituación.
