Veinte años de prisión para el acusado de asesinar a su compañero y tirarle al río a su paso por Toledo

Actualizado: martes, 6 abril 2010 15:43

TOLEDO, 6 Abr. (EUROPA PRESS) -

La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Toledo, de acuerdo al veredicto del jurado popular, ha condenado a 20 años de cárcel a Jesús Gilberto A.N. como autor de un delito de asesinato, con la agravante de parentesco, por la muerte de su compañero sentimental de 48 años de edad, ocurrido en 2006, cuyo cadáver apareció en el Tajo a su paso por la localidad toledana de Cebolla.

Según la sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, el acusado, además del pago de las costas de la acusación particular, ha sido condenado a indemnizar a los herederos de la víctima --concretamente su madre-- con 400.000 euros, declarando la incapacidad por indignidad del condenado para suceder a la víctima.

En su argumentación, y teniendo en cuenta determinados indicios "plurales y variados", el juzgador, como previamente el Tribunal del Jurado, entiende que "se desprende sin lugar a dudas la autoría por parte del acusado" de los hechos ocurridos, constitutivos de un delito de asesinato con alevosía, que se castiga con entre 15 y 20 años de prisión.

Tanto la acusación particular como el fiscal pedían 25 años de prisión para el acusado, la indemnización de 200.000 euros para la madre del fallecido, y la anulación del testamento del mismo, por el que instituyó como heredero universal al acusado.

La sentencia declara probado que el acusado, en la noche del 20 de septiembre de 2006, encontrándose en compañía de su compañero sentimental en el domicilio de este y que ambos compartían en Villanueva del Pardillo (Madrid), le suministró durante la cena una elevada dosis de un somnífero que le produjo un estado de aletargamiento y aprovechando esta situación y sin posibilidad alguna de defensa, le golpeó fuertemente en la cabeza con un objeto contundente.

Con intención de ocasionarle la muerte, le envolvió la cabeza con una bolsa de plástico que ajustó fuertemente al rostro con cinta adhesiva y, a su vez, se la envolvió en una bandera de España con el toro de Osborne, metiendo el cuerpo en una bolsa mayor y en un saco de dormir, falleciendo a consecuencia de ello la víctima de asfixia por sofocación. Posteriormente arrojó el cuerpo ya cadáver al río Tajo, donde fue encontrado días después.