ZAMORA, 15 Abr. (EUROPA PRESS) -
El temor a la lluvia ha marcado la romería del Cristo de Valderrey de Zamora que se celebra el primer domingo después de La Resurrección, en una tradición que tiene sentido de rogativa con la bendición de los campos, aunque afortunadamente no hubo que suspender ninguno de los actos programados.
Desde primera hora de la mañana, los miembros de la cofradía y fieles a este cristo gótico se han encontrado en los alrededores de la pequeña ermita en la que se ubica la talla, aunque todos miraban al cielo esperando que la lluvia respetase esta tradicional romería, la primera de la primavera en la capital zamorana.
Pasadas las nueve y media de la mañana, los hermanos de la hermandad, numerosos romeros y fieles han salido de la ermita de Valderrey en desfile procesional hasta el puente Croix.
EUCARISTÍA Y MISA
Una vez en el punto de partida se ha celebrado la primera de las eucaristías aunque la misa principal se ha celebrado a las 12.00 horas con la asistencia de representantes de las instituciones zamoranas, que al finalizar han podido disfrutar de un refresco ofrecido por los mayordomos de la cofradía.
Al término del acto religioso, los hermanos de cofradía han sacado al Cristo de Valderrey para la tradicional bendición de los campos, en un desfile que dura unos 20 minutos por los alrededores de la ermita, una rogativa que es el acto central de la romería, y en la que la talla se acompaña por una Cruz guía, un pequeño cristo de La Encomienda y un pendón.
Esta cofradía, que sale en desfile procesional siete días después del Domingo de Resurrección, fue refundada en 1864 por un pequeño grupo de labradores y cuenta en la actualidad con el mayor número de hermanos de su historia, ya que sobrepasa el medio millar de integrantes, a pesar de no aceptar por el momento mujeres.
La imagen única y titular de esta cofradía es un cristo que data del siglo XIV de estilo gótico y fondo marfileño, que fue restaurado hace varios años y viste con un faldón de terciopelo carmesí que llega hasta los pies anudado con un fajín blanco.
