Acuchilló a su víctima en un ataque de rabia

El acusado, Domingo San Juan, al inicio del juicio.
Foto: EUROPA PRESS
Actualizado: lunes, 6 octubre 2014 13:37
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   VALLADOLID, 6 Oct. (EUROPA PRESS) -

   El autor confeso del crimen del Clínico Universitario de Valladolid, Domingo San Juan, de 49 años y quien el 15 de junio de 2013 mató a otro de un navajazo en el corazón al coincidir ambos en dicho centro, donde miembros de sus respectivos clanes habían acudido a curarse tras una reyerta previa, ha alegado hoy en su descargo que cuando acometió a la víctima, Domingo Mancebo, sufrió un ataque de "rabia" ante la actitud "chulesca" mostrada por el fallecido.

   Pese a reconocer que su reacción "no parece razonable", el procesado, en la segunda jornada del juicio con jurado popular que se sigue en la Audiencia de Valladolid, ha explicado que al encontrarse en Urgencias del Clínico con la víctima ésta le provocó un sentimiento de "rabia e impotencia" debido al tono burlesco y despreciativo de sus palabras, máxime cuando este último había entrado en casa de su madre ese mismo día, junto con otros familiares, y la había golpeado.

   "Lo lamento bastante", ha declarado Domingo San Juan, quien, en declaraciones recogidas por Europa Press, ha recordado que cuando echó mano al bolsillo de su pantalón sabía que allí guardaba una navajilla abierta de siete centímetros de hoja que llevaba casualmente porque horas antes la había utilizado mientras pescaba en San Miguel del Pino, aunque no ha aclarado su verdadera intención puesto que asegura no saber aún si pretendía tan sólo "enseñársela o clavársela, fue como un acto reflejo".

   Sostiene que no sabe dónde alcanzó al fallecido porque, tal y como apostilla, en la refriega participaron más personas--en su declaración ante el juez y la policía no mencionó tal circunstancia--y que incluso alguien le arrebató las gafas, aunque sí reconoce que al percatarse de que había "picado" a Domingo Mancebo, de 37 años, pensó: "¡Hostias, qué he hecho!", tras lo cual salió del centro y permaneció fuera unos minutos hasta que llegaron dos vigilantes jurados a quienes confesó ser el autor de la agresión. "Posiblemente les dijera que ¡a mi madre no la pega nadie!", ha advertido.