Club de Excelencia en Sostenibilidad defiende que la responsabilidad de una empresa pasa por ser "incuestionable"

Actualizado: lunes, 13 febrero 2006 20:54

Eduardo Montes cree que la deslocalización debe ser 're-localización' para repartir los beneficios con los países en desarrollo

SORIA, 13 Feb. (EUROPA PRESS) -

El presidente del Club de Excelencia en Sostenibilidad, Eduardo Montes, defendió hoy la idea de que las empresas que quieran considerarse responsables, deben ser, en primer lugar y sobre todo, "incuestionables", según señaló en su intervención esta mañana en la primera jornada del 'Foro Soria 21 sobre Infraestructuras y Desarrollo Sostenible' que se celebra entre hoy y mañana en la ciudad.

Montes, presidente también del grupo Siemens España, consideró en este sentido que las empresas, especialmente las multinacionales, están jugando en los últimos años "un papel muy diferente al que desarrollaban anteriormente", recordando que, en el caso de Siemens, presente en 192 países y con más de medio millón de empleados en todo el mundo, "es necesario que ese papel pase sobre todo por la responsabilidad", que debe contar con el apoyo de los Gobiernos, y cuyo papel "nunca sea de sustitución, pero sí de apoyo".

A su juicio, las empresas "tienen la obligación, entre otros aspectos, de añadir valor al Medio Ambiente y el entorno en el que se ubican", esto es, "ser el mejor ciudadano de la sociedad que le rodea", y que su imagen, su reputación y su actitud sea "incuestionable", insistió. Así, "dará ejemplo en materia de gobierno corporativo y se volcará en la acción social para devolver a la sociedad, de alguna manera, parte de lo que ésta le ha dado".

Asimismo, se refirió a las prácticas de deslocalización de las empresas como "re-localización en realidad", es decir, llevar parte de los beneficios de las empresas que operan en países desarrollados a otros que tienen menos oportunidades. Lo "fundamental" a su juicio, es "generar flujos de beneficios con esos países y luchar contra la tendencia al fomento de la desigualdad".

De esta forma, estas empresas no deslocalizarán su producción para aumentar las diferencias entre los países del Norte y del Sur, sino que la "relocalizarán" con el fin de dirigir parte de sus ventas, y por tanto de sus beneficios, a países o mercados que, como ocurre con los países desarrollados, "no estén saturados". Así, deberán invertir en infraestructuras en esos países, y que, además, éstas sean siempre sostenibles.

De hecho, dijo, esta teoría se corresponde con un símil: el de los 'vasos comunicantes', por el que dos recipientes con distintos niveles y comunicados por un conducto, se acaban igualando. De la misma forma, los países más y menos desarrollados "con la comunicación correcta y salvando el máximo de 'rugosidades' de esos conductos, acabarán beneficiándose en igual medida de la globalización y de sus beneficios".

"El mundo acabará así siendo más justo, pero hay que darle un cierto tiempo", aseguró, porque los 'vasos comunicantes', acabarán igualando ambas partes. A esta teoría se añade el cambio de mentalidad, --dijo--, que se ha producido, "no sólo en el ámbito empresarial", y que pasa por considerar a la persona el centro de todas las actividades, algo que, "ha conseguido cambiar también la mentalidad de las compañías a la hora de operar".

CREAR INFRAESTRUCTURAS

En el mismo sentido, varios de los ponentes invitados a la mesa redonda posterior a la intervención de Montes, --que destacaron la ausencia de algún representante del Ministerio de Fomento en un encuentro sobre infraestructuras y sostenibilidad--, coincidieron en la idea de que éstas "son el primer paso, y condición indispensable, aunque no única, para lograr el avance y el desarrollo de las sociedades".

En palabras de la vicepresidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI), Isabel Martín Castellá, sin estas infraestructuras, y las necesarias inversiones, públicas o privadas, "no será posible alcanzar el desarrollo, ni mucho menos el desarrollo sostenible".

Según el catedrático de Infraestructuras e Ingeniería Ambiental de la Universidad de Extremadura, Santiago Hernández, "siempre se ha dado el dilema entre avanzar y desarrollar infraestructuras y su impacto en el Medio Ambiente".

"No hay nada de lo que se haga en este sentido que no tenga una contrapartida", dijo, y estos impactos "siempre hay que analizarlos desde el punto de vista económico, ecológico y social".

Por ello, apostó por medidas correctoras en este sentido y por "cambiar el idioma" en materia de construcción y edificación para alcanzar la sostenibilidad, porque la ecología "es una ciencia como otra cualquiera, cuyos principios se pueden aplicar".

A veces, recalcó, el 'efecto túnel' a la hora de pensar en el desarrollo de proyectos e infraestructuras "no nos deja ver todo el conjunto y se acaban generando más problemas de los que se intentan resolver".