ÁVILA, 12 May. (EUROPA PRESS) -
El obispo de Ávila, Jesús García Burillo, ha publicado un escrito para destacar que "los divorciados vueltos a casar no pueden comulgar" porque su vida es "moralmente irregular", ya que para ellos "aparece entonces un nuevo sufrimiento para la persona afectada: las consecuencias que el pecado lleva consigo".
Asimismo, en el escrito, al que ha tenido acceso Europa Press, recalca que "en modo alguno ha cambiado con el magisterio del papa Francisco", por lo que ha salido al paso para "evitar ciertas confusiones o malentendidos que se están difundiendo sin mucho rigor a través de los medios de comunicación".
"Un católico -dice- divorciado que se vuelve a casar es infiel a aquella unión que asumió ante Dios de una vez para siempre", ya que "su nueva vida es moralmente irregular. Su nuevo estado contradice lo que el matrimonio significa: la unión entre Cristo y la Iglesia. Esa unión se actualiza de modo eminente en la Eucaristía".
García Burillo señala que "son muchas personas las que intentan rehacer su vida con un nuevo matrimonio. Buscan una compañía, a cuyo lado puedan recuperar la alegría, pretenden una segunda oportunidad", y advierte que "cuando esto sucede, si son cristianos, recuerdan las palabras de Jesús: 'Si uno repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio' (Mc 10, 11-12)".
"Todo divorcio es siempre un drama humano. Cuando uno se casa en la Iglesia, lo hace con el propósito de que la familia que funda perdure hasta la muerte. Si no sucede así, su alma queda herida", añade.
