TARRAGONA, 24 May. (EUROPA PRESS) -
Joan Miquel Nadal, que el domingo dejará el cargo como alcalde de Tarragona después de 18 años, se despidió hoy afirmando que "perdona, pero no olvida". Se refirió a dos episodios muy concretos: la denuncia por el lavacoches y la marcha de Agustí Mallol de CiU.
Consideró un mal momento el pasado por la que llamó denuncia "falsa" por parte del PSC en el caso del tren de lavado de coches. Dicha denuncia fue finalmente archivada por el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) en 2002.
Se acusaba a Nadal de tráfico de influencias por intervenir en la concesión de licencias a una empresa de un amigo suyo, pero el alto tribunal la archivó dado que la fiscalía no presentó cargos, además de considerar que Nadal no utilizó sus influencias ni superioridad jerárquica.
Sobre las afirmaciones de Nadal acusando al PSC de estar detrás del caso, la Federación socialista de Tarragona lamentó las acusaciones de Nadal al decir que Xavier Sabaté fue el autor de la denuncia, un argumento que "hace años que Nadal utiliza sin presentar nunca ninguna prueba que lo demuestre", según los socialistas.
Otro episodio que le dolió, según dijo, fue la reciente renuncia de Agustí Mallol como convergente, hecho que derivó en su expulsión como concejal de Medio Ambiente.
Nadal admitió que ha sido un alcalde "obsesivo, polémico y tozudo", pero "muy agradecido" a su ciudad. Asimismo, señaló que "hace falta seguir siendo tozudos" con el tema del Fortí de la Reina, para evitar su demolición.
El aún alcalde manifestó que aspira a que Joan Aregio, el candidato por CiU, le suceda. En el terreno personal, manifestó, emocionado, que entró en la alcaldía "con los hijos pequeños" y ahora sale "con cuatro nietos". Así, espera hacerse una foto con todos ellos en el ayuntamiento "antes de marchar".
