El acusado de la muerte de un taxista en Lloret (Girona) dice que fue víctima de una "encerrona"

Actualizado: miércoles, 16 enero 2008 22:51

GIRONA, 16 Ene. (EUROPA PRESS) -

Uno de los principales acusados por la muerte de un taxista en verano de 2002 en Lloret de Mar (Girona), Iván R., declaró esta tarde en la Audiencia de Girona que participó en los hechos pero que fue víctima de una "encerrona".

Según su versión, le propusieron participar en el asesinato a cambio del cobro de ocho kilogramos de cocaína o de ocho millones de las antiguas pesetas. Su cometido era llevar al taxista Paulino Cobo, de 37 años, a la urbanización Cala Canyelles y que después cobraría el pago.

Iván R. explicó ante el Tribunal que cuando llegaron al punto acordado, dos personas, que no quiso identificar, hicieron bajar al taxista del coche y una de estas le disparó. El acusado aseguró que no asesinó a Cobo.

El otro acusado por el asesinato, Francisco G.F., declaró que no tuvo nada que ver con el hecho y, a preguntas del fiscal, explicó que la noche del suceso salió de fiesta con Iván R. También dijo que no sabe qué hizo su amigo cuando se separaron. También explicó que vio otra vez a Iván R. cuando ya salía del municipio.

Francisco G.F. lleva tatuado en la pierna un revólver del calibre 28, que coincide con la misma arma utilizada para asesinar al taxista. De todos modos, el acusado dijo ante el tribunal que es una coincidencia.

La víctima, Paulino C. de 37 años, apareció el 1 de julio de 2002 dentro de su coche con un disparo en la cabeza, el motor del vehículo encendido y el cristal de la puerta del conductor roto. El cadáver lo encontró por la noche otro compañero taxista que vio el vehículo estacionado junto a la entrada de la urbanización Canyelles, en la cala del mismo nombre.

Desde el primer momento, los investigadores descartaron que el móvil fuera el robo, ya que en el coche encontraron la cartera del taxista. Dos años después de los hechos, los Mossos d'Esquadra detuvieron a Francisco G.F. e Iván R. como presuntos autores materiales, quienes ingresaron en prisión. Los acusados se enfrentan a penas de 27 y 21 años de cárcel, respectivamente.

Tanto la Fiscalía como la familia de la víctima mantienen que los acusados actuaron de sicarios por encargo de terceros. Además de estas dos personas, también están acusadas por encubrimiento la pareja de Francisco G.F., Isabel R., y el hermano de la misma, Francisco J.R.. Las acusaciones piden para cada uno de ellos un año de prisión.