BARCELONA, 9 Ene. (EUROPA PRESS) -
El Ayuntamiento de Barcelona ha impuesto 879 denuncias el último medio año por ensuciar la calle tirando desperdicios o chicles al suelo, lo que significa un aumento del 91,1% en el mismo periodo del año pasado, cuando puso 460, han informado a Europa Press fuentes del Gobierno municipal.
El incremento coincide con el desembarco del nuevo gobierno y se debe al refuerzo de la vigilancia de la Guardia Urbana sobre actitudes que contravienen la limpieza pública como abandonar cartón en la calle y no recoger defecaciones de perro, una de las principales líneas de actuación de la modificación del plan.
El tercer teniente de alcalde y responsable de Hábitat Urbano y Medio Ambiente, Antoni Vives, ha presentado este lunes en la plaza Catalunya la puesta en marcha del Plan Técnico de Mejora de la Limpieza Viaria impulsado por el Gobierno municipal, y ha asegurado que el refuerzo de vigilancia persigue tener una actitud "más proactiva".
"Limpiar no es suficiente, sino que hay que evitar actuaciones que hasta ahora parecían no castigadas", ha sostenido, y ha afirmado que las denuncias hechas por los propios ciudadanos en este aspecto también se han incrementado.
En paralelo, a partir de este lunes empieza la instalación de 500 papeleras dobles de 220 litros de capacidad en las zonas más concurridas, el incremento del riego de calles por la mañana --con 26 operarios y 12 vehículos-- y un plan de comunicación para explicar a vecinos y comerciantes las nuevas actuaciones.
CAMBIO EN LA RECOGIDA DE CARTÓN
Además, se pasará a recoger el cartón de los comercios cuando finalicen su actividad, dejando de hacerlo en horario diurno como hasta ahora para evitar la acumulación de material desechado en la calle.
Según Vives, se adaptará la recogida según la necesidad de cada uno de los ejes comerciales de la ciudad para "definir unos horarios óptimos tanto para comerciantes como para ciudadanos".
El teniente de alcalde ha considerado que las pruebas iniciales del plan de limpieza han sido muy positivas, y ha argüido que su reorganización, que no conlleva ningún coste adicional, busca mejorar el resultado final.
"Antes la prioridad era el mismo proceso, y ahora trabajamos en base a objetivos para que el ciudadano perciba que sus impuestos sirven de alguna cosa", ha concluido.
