Avisa de que desde el 24 de enero han cambiado las circunstancias en las que se desarrollan las protestas
BARCELONA, 19 Feb. (EUROPA PRESS) -
El Ayuntamiento de Barcelona ha reclamado al Govern la prohibición de las protestas que, desde octubre de 2019, cortan diariamente la circulación en la avenida Meridiana de Barcelona al haberse producido "alteraciones de orden público y daños a bienes públicos y privados", y alerta de que pueden haber aún más si se mantienen en el tiempo.
Así lo recoge el último de los cuatro informes realizado por la Guardia Urbana sobre estas protestas, que han remitido a la Conselleria de Interior de la Generalitat, en el que se avisa de que desde el 24 de enero han cambiado las circunstancias en las que se desarrollan, produciéndose "alteraciones del orden público con peligro para las personas y los bienes".
Según dicho informe, el 25 de enero, un grupo de organizado de entre 15 y 40 jóvenes se presentaron encapuchados y con la cara tapada con una actitud "violenta" contra la actuación de la Guardia Urbana y contra los ciudadanos que recriminaban su actitud.
También explican que 15 encapuchados cortaron la avenida Meridiana utilizando pirotecnia de gran potencia y que otros manifestantes no hicieron caso de las indicaciones policiales con reacciones "hostiles" hacia los agentes, cortando el tráfico más allá de la hora autorizada para realizar la protesta --de 19 a 22 horas--.
Otro episodio tuvo lugar el 28 de enero cuando 25 encapuchados provocaron que una veintena de vehículos quedaran atrapados en dirección Barcelona, y que golpearon los coches con el pie y los puños cuando algunos de sus conductores bajaron para ver qué estaba pasando.
"Mientras los agentes hacían tareas de evacuación de los vehículos atrapados, fueron increpados, recriminados e insultados por parte de los encapuchados, poniendo en riesgo la integridad física de los agentes y conductores atrapados", reza el informe, que añade que posteriormente los concentrados hicieron hogueras e intentaron impedir a los bomberos su extinción.
El 1 de febrero también hubo encapuchados que increparon, amenazaron y golpearon vehículos, y que cuando identificaron a uno de ellos le encontraron líquido inflamable para cargar mecheros y tres cápsulas de aire comprimido.
Además, un grupo de 45 o 50 personas rodeó el vehículo policial de la Urbana que se acercó para proteger a los conductores atrapados, y provocaron daños al pintar en la parte posterior un lazo amarillo de unos 30 centímetros.
El 4 de febrero, otro grupo de 20 encapuchados increpó a los conductores bloqueados y le quitaron las llaves del contacto a un motorista y le rompieron un retrovisor, mientras que cuatro días después se hizo una hoguera de 4 metros de altura provocando mucho humo y se observó que uno de los manifestantes llevaba una "defensa extensible, arma prohibida para particulares".
"En ninguna de estas manifestaciones se ha observado el preceptivo servicio de orden debidamente identificado, ni el organizador de la manifestación recriminó o intentó evitar los altercados", apuntan en el informe.
BATLLE: "USO ABUSIVO"
Durante la comisión de Presidencia del Ayuntamiento, el teniente de alcalde de Prevención y Seguridad de Barcelona, Albert Batlle, ha lamentado el "uso abusivo" que se está haciendo del derecho a la manifestación, y por ello considera que debe acabar.
"Llevan 129 noches cortando el tráfico", ha subrayado Batlle, que recrimina que los cortes conlleva hipotecar un gran número de agentes y pide garantizar que no se colapse el sistema de movilidad.
LOS OTROS INFORMES
En los otros informes, la policía barcelonesa advierte de que cortar habitualmente la circulación puede considerarse "un uso abusivo del derecho de manifestación", añade que la acción provoca graves afectaciones en el transporte público así como una falta de efectivos policiales para cubrir otras necesidades ciudadanas.
Así, propone que en caso de que los cortes se mantengan, los organizadores y participantes deberían limitar la acción de 21 a 22 horas y que la protesta se hiciera en la calzada del paseo de Fabra i Puig por encima de la Avenida Meridiana.
