Una Bella Durmiente analítica y adulta se despierta en el Mercat de les Flors de Barcelona

Actualizado: martes, 6 abril 2010 16:18

BARCELONA, 6 Abr. (EUROPA PRESS) -

El Projecte Galilei, formado por Josep Galindo y Pablo Ley en 2003, se desmarca de sus anteriores montajes, recargados, --entre ellos, 'Homenatge a Catalunya' y 'Alícia ja no viu aquí'-- con 'La Bella Dorment del Bosc' por la "esencialidad" de su versión del cuento, protagonizado por una Bella Durmiente adulta y analítica que centra su sueño en un siglo XX cargado de horror.

El Mercat de les Flors de Barcelona la acogerá del 8 al 17 de abril, y allí en rueda de prensa Ley explicó que pese a la sencillez del espectáculo, involucra a 200 personas que abarcan casi todo un siglo de vida: niños de 10 años han hecho dibujos y esculturas del cuento en clase, y acompañan a la escenografía, y el padre de Ley, pintor de 88 años, ha realizado 15 cuadros acerca del miedo y el dolor y se proyectarán durante el espectáculo.

Los protagonistas son la bailarina Maura Morales (Bella Durmiente) y el actor Xisco Segura (Príncipe), y según Galindo, "van como dos obuses por los cuentos y la historia" del siglo XX, que se presenta como un siglo marcado por el horror de la bomba atómica y las guerras. El Príncipe ayuda a la Bella Durmiente a pasar la "pesadilla" del siglo XX. "O hay un cambio de actitud y miramos a los niños y al futuro o el mundo se va al traste", comentó Segura.

Dividido en tres escenas, el espectáculo empieza con tres versiones del cuento de los hermanos Grimm, Giambattista Basile y Charles Perrault --las versiones más antiguas del cuento que se conocen--, prosigue con el sueño del siglo XX que se acaba con la voz de un niño cuestionando la finalidad de la bomba atómica, y finalmente lo masculino y lo femenino se funden en un "beso de cine", explicó Ley.

En escena habrá más músicos que intérpretes: cuatro músicos, entre ellos el director musical Dani Espasa, interpretarán una reorquestación --que no versión-- "bastante radical" de la obra de ballet que Piotr Ilyich Tchaikovsky compuso para el coreógrafo Marius Petipa.

Las tres horas de la partitura original se reducen a una y se centran en los instrumentos de tecla (piano acústico, acordeones, harmonium y sintetizadores) para crear un "bosque de teclas", a veces con un gusto orquestal "grandilocuente" que se mueve entre el 'technoheavy' y la orquestina de carpa de Fiesta Mayor, dijo Espasa.