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Repasa la cotidianidad barcelonesa desde el siglo XVIII con tres mujeres
BARCELONA, 30 Ene. (EUROPA PRESS) -
La escritora Care Santos se ha alzado este jueves como ganadora del XXXIV Premi de les Lletres Catalanes Ramon Llull, que organiza Grupo Planeta, con la novela 'Desig de xocolata'.
La autora ha descrito su obra como una "trama emocional" que une las historias de tres mujeres de distintas época histórica a través de su pasión por el chocolate.
Santos (Mataró, 1970) ha explicado que la novela costumbrista es la "historia de una chocolatera de porcelana blanca desde que se rompe hasta el momento de su fabricación", lo que sirve de pretexto para enlazar los tres relatos centrales de la obra, que transcurren en la actualidad, el siglo XIX y el siglo XVIII.
Las tres mujeres protagonistas de la novela no tienen nada en común más que el poseer la citada vasija para servir el chocolate, al que acceden de distintas maneras: "El chocolate me suponía la excusa perfecta para hablar de la cotidianidad".
Y este cacao que "enseguida evoca cosas buenas" también se aborda desde su historia, su primer éxito entre la aristocracia y la nobleza y su proceso de fabricación, desde la artesanalidad inicial --en el siglo XVIII-- hasta la industrialización --en el siglo XIX-- y la vuelta a la fabricación artesanal en el siglo XXI.
La novela arranca con la historia de Sara, una mujer actual que ronda los 40 años, y que se encasilla en el perfil de mujer que "lo quiere todo y, de hecho, lo tiene todo, y no sabe renunciar a nada, tampoco a lo malo", por lo que se encuentra inmersa en un triángulo amoroso, y ofrece una mirada intensa de la Barcelona olímpica.
La hija de una criada del siglo XIX, Aurora, es la protagonista de la segunda trama y, pese a que se hace con la chocolatera por hurto, es una mujer "muy noble" y algo apocada, respecto a la forma de entender el mundo ahora, ha descrito Santos, que en esta parte ha sacado a colación a la familia Amatller, de fuerte tradición chocolatera en la capital catalana.
La última protagonista, Mariana, es una joven veinteañera muy simpática que aguarda un pasado muy duro, pero toma decisiones valientes, como la de enfrentarse al masculinizado gremio de chocolateros de la época por el uso de una máquina revolucionaria para manufacturar el cacao que levantó suspicacias de los acomodados labradores.
TAMBIÉN EN CASTELLANO Y FRANCÉS
"Las emociones son el vehículo de la historia, pero no solo hay emociones, sino que también hay trama histórica", ha observado la escritora, dudosa a la hora de clasificar la novela extensa, que saldrá a la venta el 6 de marzo en catalán y, después, en castellano (Planeta) y francés (Éditions Robert Laffont).
Santos, que estudió Derecho, pero desde joven se centró en la escritura y se dedicó al periodismo, ha publicado anteriormente 'Un deu. Antologia del nou conte català', 'Habitacions tancades' y 'L'aire que respires', en que había llevado a cabo una intensa tarea de documentación.
En el caso del manuscrito actual, ha hecho un trabajo de investigación sobre el mundo del chocolate, del que ha defendido que Barcelona es capital mundial, aunque otras ciudades se lleven la fama, pero se ha encontrado con dificultades a la hora de buscar datos, por la falta de los mismos.
Para suplir estas lagunas se ha armado de pasión para inventar la historia, convencida de que "donde no llega la documentación llega la ficción", ha remarcado la escritora, que se ha confesado gran amante de todo tipo de chocolate, pero especialmente el negro y el que mezcla ciertas dosis de picante.
"PRE-POST RODOREDA"
El jurado, compuesto por Antoine Caro, Carles Casajuana, Pere Gimferrer, Gemma Lienas y Emili Rosales, ha destacado la originalidad de la publicación, que Gimferrer ha definido como ligera en el sentido positivo del término, elegante y con toques "pre-post Rodoreda".
El premio, dotado con 60.000 euros y creado en 1981 para estimular la creación literaria en catalán, se entrega este jueves en un acto en el Palau de la Generalitat, encabezado por el presidente Artur Mas; el alcalde de Barcelona, Xavier Trias; el conseller de Cultura de la Generalitat, Ferran Mascarell; el ministro de Cultura de Andorra, Albert Esteve, y el presidente del Grupo Planeta, José Manuel Lara.
