La participación se traslada a las redes y se venden libros y rosas por Internet
BARCELONA, 23 Abr. (EUROPA PRESS) -
Catalunya ha vivido este jueves una diada de Sant Jordi históricamente virtual y atípica a causa del confinamiento por la pandemia del coronavirus, donde la participación se ha trasladado a las redes sociales y las compras de libros y rosas se han realizado por teléfono e Internet, con datos de ventas muy lejos de los registros habituales de esta jornada.
Desde primera hora de la mañana, las calles que tradicionalmente acogen a las multitudes en esta celebración han amanecido --como en las últimas semanas-- desiertas, sin paradas ni viandantes, pero las distintas actividades promovidas por el sector en redes sociales han tomado el relevo y han convertido Sant Jordi en una fiesta casi totalmente virtual.
Los escritores, que tradicionalmente desayunan juntos y dan el pistoletazo de salida a la fiesta a primera hora, han reivindicado desde sus hogares la literatura, la lectura y el papel de las librerías, han recomendado obras y han leído fragmentos de libros propios y ajenos.
Joan Margarit, que este jueves tenía que recoger el Premio Cervantes, ha iniciado la jornada recitando los versos de su poema 'La llibertat'; Carlos Ruiz Rafón ha felicitado el Sant Jordi con un fragmento de su tetralogía 'El cementerio de los libros olvidados', y Dolores Redondo ha apelado a la importancia del ejercicio de escribir para "relativizar" el sufrimiento, entre otras declaraciones.
A falta del ranking tradicional del Gremi de Llibreters de Catalunya con los títulos y autores más vendidos, la plataforma de librerías independientes Libelista --que agrupa 120 establecimientos-- ha informado de que los títulos más vendidos --hasta las 19 horas-- han sido 'Boulder', de Eva Baltasar; 'Canto jo i la muntanya balla', de Irene Sol; 'La madre de Frankenstein', de Almudena Grandes, y 'Terra Alta', de Javier Cercas.
FACTURACIÓN TRIMESTRAL PERDIDA
En el terreno comercial, las librerías del Gremi de Llibreters de Catalunya han triplicado las ventas respecto a una jornada normal, lo que, sin embargo, no ha compensado las pérdidas de la diada y de las últimas semanas desde el cierre el 13 de marzo.
En un balance a última hora, el gremio ha celebrado la "gran respuesta ciudadana" y han constatado la "magnífica" respuesta de los ciudadanos a una situación en la que las librerías, por primera vez en la historia, no podían festejar el Día del Libro.
En cuanto a las editoriales, el presidente del Gremi d'Editors y de la Cambra del Llibre de Catalunya, Patrici Tixis, ha pronosticado que durante el confinamiento por el coronavirus se perderá como mínimo la facturación de un trimestre entero, si es que con esta previsión no se quedan "cortos".
Ha detallado que el sector del libro, que llevaba una "velocidad de crucero importante" tras un primer trimestre muy bueno y mejor que el del año anterior, ha vivido este Sant Jordi un incremento de las ventas en línea, y cierta modificación del esquema habitual: normalmente, el 80% de los libros se venden en librerías; el 15%, por Internet, y el 5% son libros electrónicos.
Este Sant Jordi, Tixis ha estimado que la venta en línea puede haber alcanzado el 27%, y el libro electrónico el 12%, de modo que más de un 40% de los libros han llegado a los lectores.
Tras una jornada quizás exitosa en el terreno de las emociones pero menos exultante en el terreno económico, el sector se ha emplazado a la celebración en la calle de la fiesta del libro el 23 de julio; aunque los editores han avisado: "Para hacer el Sant Jordi del año pasado, hay que esperar hasta el Sant Jordi del año que viene".
MENOS ROSAS QUE OTROS AÑOS
Por su parte, el Gremi de Floristes de Catalunya, por boca de su presidente, Joan Guillén, ha hecho una valoración "muy positiva" de la jornada de Sant Jordi, al prácticamente doblar su previsión y cerrar la jornada con más de 500.000 rosas vendidas, ha informado este jueves en un comunicado.
Los floristas están de enhorabuena teniendo en cuenta que sus previsiones eran vender unas 300.000, aunque, pese a haber superado sus propias expectativas, la venta de rosas ha quedado lejos de los años previos al coronavirus, cuando se vendía una media de siete millones de rosas.
