El Centro Dramático Nacional regresa al TNC con Del Valle-Inclán este miércoles

La obra 'Montenegro (Comedias Bárbaras)'
TNC/VALENTÍN ÁLVAREZ
Actualizado: jueves, 2 julio 2015 17:21

BARCELONA, 15 Oct. (EUROPA PRESS) -

El Centro Dramático Nacional (CDN) regresa a la Sala Gran del Teatre Nacional de Catalunya (TNC) con el montaje 'Montenegro (Comedias Bárbaras)', de Ernesto Caballero a partir de la trilogía 'Comedias Bárbaras', de Ramón-María del Valle-Inclán sobre la caída del feudalismo, en una producción que podrá verse desde este miércoles y hasta el 26 de octubre y que ha estado seis semanas en Madrid con una "recepción extraordinaria".

La adaptación de Caballero explica la caída de Juan Manuel Montenegro: un señor feudal gallego, cacique, déspota y consciente de que con él "muere un mundo, un sistema de valores y una cosmovisión", un tipo de gente que Del Valle-Inclán había conocido, y por la que mostraba cierta fascinación.

Sin embargo, el dramaturgo era muy crítico con el teatro de la época y del trato psicológico-burgués de los personajes, porque echaba en falta cierta grandeza y decidió escribir una obra saltándose los esquemas del teatro burgués, explicó esta semana en rueda de prensa su director, Ernesto Caballero.

"Hizo un teatro más allá del bien y del mal, influido por la filosofía de Nietzsche", y lo consiguió mirando cómo William Shakesperae trascendía los corsés de la moral burguesa con personajes que atraviesan situaciones extremas, escabrosas y de gran potencialidad teatral.

EL MUNDO SE DESMORONA

Esta producción, tal y como hace la propuesta original, muestra el camino de un hombre que entiende que el mundo se desmorona y que él mismo no ha sido todo lo recto que cabría esperar, y que la herencia que deja a sus hijos es un mundo de codicia, rapiña y de mayor degradación moral; una historia vigente para Caballero: "Es actual porque hay un mundo que se nos viene abajo. El pesimismo de Don Ramón uno no quisiera compartirlo, pero está ahí".

Tomando como base la trilogía --formada por 'Águila de blasón' (1907), 'Romance de lobos' (1908) y 'Cara de plata' (1923)--, esta producción arranca cuando el señor feudal cae de su caballo y le acechan una serie de premoniciones de muerte antes de saber que su mujer ha fallecido.

Esto le lleva a emprender un viaje hacia el pazo donde ésta se encuentra, y el espectáculo continúa con un 'flashback' de su vida y termina cuando desembarca, en cuya reconstrucción Caballero ha optado por no seguir cronológicamente la publicación de las obras.

Respecto a la fidelidad de la propuesta, ha advertido de que querer representar a Del Valle-Inclán de manera literal sería un error: "Él dice que hay que ser un poeta de la escena desde su propio libreto. Hay que dar ese salto", de forma que explora la estética simbolista alejándose de una versión galaico-costumbrista y adentrándose en una visión de los personajes más poética.

El resultado escénico es un puente de piedra con tres ojos símbolo de la transición de un mundo viejo a uno nuevo, en donde las brujas, las meigas y los rebaños corren a cargo de la "capacidad sugeridora del actor", como cuando los niños consiguen hacer creer a los adultos que juegan con un amigo invisible, ejemplificó.

21 ACTORES

Se trata de una gran producción de 21 actores y dos músicos, todos ellos de procedencias diversas, muy versátiles y con la mentalidad muy abierta, ha dicho, y que realizan sobre el escenario una interpretación "muy física" de menos de dos horas y media.

En realidad, el 'dramatis personae' incluye más de 60 personajes en la original, por lo que estos 21 actores han doblado papeles, mientras que otros personajes han desaparecido para evitar que la obra se prolongara hasta nueve horas: "Es un esquema muy coral".

Para su protagonista, Ramón Barea, el caballero es un héroe que se estropea, un personaje muy serio y bárbaro, con un punto de humor malvado, de forma que Valle-Inclán se ríe un poco de él y lo "filtra con la óptica del esperpento y lo coloca en un lugar que pretende ser el de un héroe trágico".