Condenado a 21 años de cárcel un ex miembro de Terra Lliure por atentar contra varias sucursales bancarias de Barcelona

Actualizado: martes, 18 julio 2006 20:57

BARCELONA, 18 Jul. (EUROPA PRESS) -

La Audiencia de Barcelona ha condenado a 21 años y medio de prisión al ex militante de Terra Lliure Guillem Godó por explosionar diez artefactos de fabricación casera en seis sucursales bancarias, en una delegación de Hacienda y en un repetidor de televisión y comunicaciones de Barcelona entre 2000 y 2003. Cuatro personas sufrieron lesiones leves y otra más resultó herida de gravedad a consecuencia de las deflagraciones.

La Sección Séptima atribuye al histórico independentista varios delitos y faltas de daños y lesiones y le obliga a pagar 2.592 euros de multa y a indemnizar con casi 80.000 euros a los heridos y a las entidades afectadas.

Se da la circunstancia de que Godó ha sido condenado firmemente al menos en cuatro ocasiones por delitos de terrorismo, estragos y falsificación de documentos. En 1990 le condenaron a nueve años de prisión y a dicha sentencia le siguieron otras tres que supusieron penas de cárcel menores, llegando a acumular penas de más de 13 años.

El ex miembro de Terra Lliure, no obstante, quedó en libertad en 1996, tras permanecer en prisión durante ocho años. Según explicó durante el juicio, celebrado el pasado mes de abril, desde entonces se ha dedicado a ofrecer apoyo político y militar al movimiento de liberación nacional vasco.

Godó reconoció que durante su pertenencia a Terra Lliure adquirió los conocimientos necesarios para fabricar artefactos caseros y admitió haber colocado las diferentes cargas explosivas.

No obstante, el Tribunal le ha absuelto del delito de tenencia y fabricación de artefactos explosivos e incendiarios del que le acusaba el Ministerio Fiscal, ya que en 2003 la Sección Quinta de la Audiencia de Barcelona condenó al activista a dos años de prisión por dicho delito y no cabe imponer un "doble castigo por los mismos hechos".

ATENTAR CONTRA EL ORDEN CONSTITUCIONAL.

Según declara probado la sentencia, a partir del otoño de 2000, Godó se estuvo aprovisionando de sustancias químicas y fabricó numerosos artefactos explosivos en su propio domicilio, gracias a la información que obtuvo a través de Internet.

A partir de entonces y hasta agosto de 2003, "movido por un ánimo de atentar contra el orden constitucional establecido, por encontrarlo opuesto a su propia y particular ideología, así como con intención de causar temor a la ciudadanía y cuantos daños pudiera", el procesado hizo estallar ocho artefactos en cinco oficinas de 'La Caixa' y en una de Barclays Bank que provocaron desperfectos en las entidades y en los edificios colindantes.

Según la sentencia, además de atentar contra sucursales bancarias, Godó explosionó un artefacto en un repetidor de televisión y comunicaciones de Montcada i Reixac (Barcelona) y atentó contra una delegación de Hacienda del barrio barcelonés de Sants.

A consecuencia de las deflagraciones, cuatro peatones sufrieron lesiones leves --por el efecto de la onda expansiva-- y un vecino resultó herido grave tras ser alcanzado por los cristales que salieron despedidos de las ventanas a raíz de una de las explosiones. La víctima tuvo que ser hospitalizada y tardó un año y medio en curar de las lesiones.

INSULTÓ "GRAVEMENTE" AL TRIBUNAL.

El Tribunal basa la condena de Guillem Godó en el "reconocimiento genérico" de los hechos que hizo durante su declaración en el juicio, que fue bastante breve porque la juez le mandó de vuelta al calabozo por no guardar la compostura e insultar "gravemente" a la Sala.

"Asumo todas las acciones de la 'kale borroka', gora ETA", le espetó Godó a la Sala antes de entonar el llamado himno del soldado vasco o 'Eusko Gudariak', seña de identidad entre la llamada izquierda abertzale.

El procesado, que aseguró haber sufrido torturas en la cárcel de Brians durante un año en aplicación de la Ley Antiterrorista, reclamó ser defendido por los abogados del movimiento de liberación nacional vasco e insistió en ser juzgado por la Audiencia Nacional que, tras recibir la causa, la devolvió por no ser competente.

De esta manera, Godó se negó a reconocer la autoridad de la Sección Séptima de la Audiencia de Barcelona y, finalmente, fue expulsado de la Sala, después de acusar al Tribunal de cometer "prevaricación y encubrimiento" y de ser "la vergüenza de la carrera judicial".