BARCELONA, 22 Jun. (EUROPA PRESS) -
La periodista y escritora Emma Reverter narra en su primera novela, 'Citas en Manhattan' (Planeta), el fascinante negocio de las citas a ciegas en Nueva York.
En una entrevista concedida a Europa Press la autora revela que en el libro hay desde citas rápidas de ocho minutos hasta citas de jóvenes amantes de la ópera-- es "difícil" que llegue a España, porque aquí "no se está acostumbrado a subcontratar la vida personal".
Para Reverter, en los países mediterráneos el mundo de las citas nunca se llegará a implantar con "el grado de sofisticación que tiene en Estados Unidos, porque aquí la gente tiene un entorno familiar" fuerte y un entramado de amigos bien tupido.
El negocio de las citas en Nueva York empezó en 1992 y actualmente emplea a centenares de personas y mueve cientos de millones de dólares al año. Citas organizadas, hay para todos los gustos: encuentros sólo para solteros con mascotas que quieren conocer a otros que también tengan animales de compañía, citas rápidas para homosexuales vegetarianos y otras para católicos de origen italiano que trabajan en el sector de la hostelería.
Pero el último grito en citas en la Gran Manzana son las 'intelidatings' que, tal como explicó la autora, son unas citas inteligentes que organizan la Biblioteca Pública de Nueva York, el Museo de Arte Moderno Moma y la Metropolitan Opera. Además de asistir a una charla, una exposición o un espectáculo, puedes conocer a gente soltera que comparte tus gustos culturales.
'Citas en Manhattan' --publicado también en catalán por Edicions 62-- es una novela de tintes ensayísticos para la que Reverter hizo un amplio trabajo de campo "sin mentir" acerca de su profesión, como sí hace la protagonista del libro, Victoria Sachs, corresponsal en Nueva York del periódico 'Dia a barcelona' y 'alter ego' de la autora.
Tras muchos días siendo la sombra de Lisa Clampitt, fundadora de The Matchmaking Institute, la escuela que forma a los asesores de citas en Nueva York, Reverter descubrió que este fenómeno, amoroso y económico a partes iguales, trasciende fronteras y llega a ser una cuestión de estado: una sucursal de Clampitt en Singapur ha creado el Ministerio del Amor a instancia del gobierno, alarmado por el descenso en picado de sus índices demográficos.
