El funeral por el dibujante y pintor Cesc reúne a casi 500 personas en Barcelona

Actualizado: domingo, 24 diciembre 2006 18:00

Joan Manuel Tresserras, Ernest y Pasqual Maragall y dibujantes célebres, entre los asistentes

BARCELONA, 24 Dic. (EUROPA PRESS) -

Casi 500 personas asistieron hoy en el tanatorio barcelonés de Les Corts al funeral por el histórico humorista gráfico, dibujante y pintor catalán Francesc Vila Rufas 'Cesc', fallecido el viernes a los 79 años en Barcelona. Fue un acto laico en el que intervinieron el dibujante Toni Batllori, el filólogo Joaquim Molas y Agustí Vila, hijo del artista.

Acudieron, entre otros, el conseller de Cultura y Medios de Comunicación, Joan Manuel Treserras; el de Educación, Ernest Maragall, y su hermano y ex presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall.

Entre el resto de asistentes estaban los dibujantes Krahn, 'Fer', Ferreres, Adolfo Usero, Batllori, José Luis Martín, Òscar Nebreda y Joma; los escritores Josep Maria Espinàs y Joaquim Carbó; el filólogo Joaquim Molas; los periodistas Josep Maria Cadena, Josep Martí Gómez, Carlos Pérez de Rozas e Iu Forn; el diseñador Enric Satué; el publicista Lluís Bassat; el activista cultural Josep Espar Ticó; el arquitecto jefe de la Sagrada Família, Jordi Bonet, y el editor Andreu Teixidor de Ventós, de la editorial Destino, de cuyo premio Apel·les Mestres era jurado 'Cesc'.

LA DISCRECIÓN DEL ARTISTA.

Krahn recordó la experiencia compartida de haber sido jurado del premio, y destacó la calidad de la obra que deja 'Cesc', a quien evocó como una persona "reservada" pero que reflejaba en sus creaciones sus rasgos, entre los que destacó su "sinceridad y espontaneidad".

'Fer' destacó su discreción, modestia, "ternura" y bondad. Evocó especialmente su propio inicio como dibujante del 'Avui', al sustituir a 'Cesc' en febrero de 1987. El artista fallecido le telefoneaba para animarle a seguir dibujando en el diario cuando 'Fer' aún no estaba seguro de ese cometido, y acabó sustituyéndo definitivamente.

Josep Maria Espinàs subrayó la "sutilidad" del dibujo y del mensaje en sus creaciones y la "capacidad de interpretación" que demostraba. Quiso destacar también que, en los años 60, consiguió sacarle un día al escenario del mítico local La Cova del Drac para que dibujara allí mismo sobre un gran papel, que luego se rifó.

Antes, durante el funeral, Joaquim Molas le evocó como hombre "más bien pesimista y silencioso", y con "una gran riqueza" interior y "un gran poder de observación", cualidades que volcaba en el papel. Después, cerraron el acto Agustí Vila, hijo del artista, y una grabación del 'Cant dels ocells'.

TRESSERRAS: DECIR LAS COSAS MÁS PROFUNDAS.

El conseller Tresserras, al salir del funeral, se remitió a la "espléndida" intervención de Molas, y habló del fallecido como "una persona extremadamente importante en la evolución" del humor gráfico catalán.

Además, destacó la "coherencia extraordinaria" de su obra, y su dibujo "claro, limpio y de estilo muy característico", con el que incluso "era capaz de decir las cosas más profundas". En cuanto a su personalidad, le definió como "extremadamente sencillo y discreto", característica que destacaron más asistentes al funeral.

HUMOR GRÁFICO PARA DESPEDIRSE.

Todos los que acudieron pudieron llevarse el recordatorio que él pidió: un dibujo suyo de 1962 en que los asistentes a un entierro van perdiendo el luto y el gesto triste según su posición ante el ataúd, de manera que las primeras filas están llenas de personajes compungidos y vestidos completamente de negro, y en cada fila se van aclarando los vestidos y los semblantes.

La tarjeta incluía una frase de su discurso de ingreso en la Reial Acadèmia de Belles Arts de Sant Jordi: 'Siempre sueño con aquella obra fresca, justa, que no explique demasiado pero que, a la vez, comunique, que no quede sorda ni muda".