El Hospital Quirónsalud Barcelona suma una técnica para evaluar el hígado en pacientes de riesgo

El hepatólogo de Medicina Interna del Hospital Quirón J.Altamirano
HOSPITAL QUIRÓN
Actualizado: lunes, 11 junio 2018 15:17

BARCELONA, 11 Jun. (EUROPA PRESS) -

El Hospital Quirónsalud Barcelona ha incorporado un método no invasivo que, a través de ondas de ultrasonidos, proporciona indicadores para tomar decisiones sobre el tratamiento, seguimiento o pronóstico a largo plazo de las enfermedades hepáticas crónicas, que pueden derivar, si no se tratan a tiempo, en cirrosis o, incluso, cáncer de hígado.

Lo ha informado el centro este lunes en un comunicado, en que ha resaltado que esta técnica permite medir la elasticidad del hígado y permite valorar un volumen de tejido 100 veces superior a una biopsia hepática.

La Elastografía de Transición proporciona información sobre la rigidez de este órgano, un indicador clave para valorar si el paciente tiene cirrosis --se produce cuando el hígado está muy rígido--, también aporta indicadores sobre la grasa o viscosidad del hígado.

Los pacientes con el hígado graso pueden desarrollar esteatosis hepática, que provoca inflamación o esteatohepatitis y muerte celular, y que, si no se trata, puede llevar a la fibrosis hepática, que causa una disminución del flujo sanguíneo a través del hígado y una acumulación de tejido cicatricial.

Sin tratamiento, la fibrosis del hígado puede progresar y llevar a cirrosis, fallo hepático y cáncer de hígado, según han resaltado los expertos.

30% DE LA POBLACIÓN

En la actualidad, el hígado graso no alcohólico es una enfermedad asociada a trastornos metabólicos, como la obesidad o la diabetes de tipo 2, y afecta, aproximadamente, a un 30% de la población en Catalunya.

Asimismo, hasta un 20% de pacientes con diabetes tipo 2 y pruebas de función hepática normales pueden presentar lesiones histológicas de esteatohepatitis.

Sin embargo, solo una pequeña parte de los pacientes con hígado graso no alcohólico desarrollan cirrosis, y el principal factor predictivo es la fibrosis hepática; además la fibrosis hepática en esta población es un factor de riesgo para eventos cardiovasculares posteriores.

El hepatólogo y facultativo del Servicio de Medicina Interna del Hospital Quirónsalud Barcelona José Altamirano ha resaltado que "se estima que aproximadamente ocho de cada diez personas con obesidad y seis a siete de cada diez diabéticos desarrollarán hígado graso a lo largo de su vida, con las complicaciones asociadas para el hígado y el sistema cardiovascular".

OBESIDAD Y DIABETES

"El problema con que nos encontramos es que actualmente se está detectando esta patología demasiado tarde, pero con la incorporación de esta técnica en el hospital dispondremos de todas las herramientas para realizar un cribaje en pacientes de riesgo y detectar antes estas enfermedades con la intención de realizar el mejor tratamiento posible", ha defendido.

"En el futuro nuestro objetivo es poder extender el uso de esta técnica también en niños con obesidad, ya que los efectos de esta enfermedad sobre el hígado pueden ser graves y, si los detectamos a tiempo, podemos diseñar conjuntamente con los pediatras mejores estrategias para tratar a estos pacientes", ha añadido Altamirano.

Con esta técnica, además de evitarle al paciente una biopsia hepática y los múltiples efectos secundarios que puede conllevar, el especialista podrá determinar el daño que tiene el paciente en el hígado y tomar la decisión sobre si iniciar o no un determinado tratamiento y, sobre todo, evaluar el seguimiento y respuesta que se está teniendo en el tratamiento.

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