Kiko Amat lanza su quinta novela en un canto a la rareza "como magulladura"

Kiko Amat
EUROPA PRESS
Actualizado: sábado, 7 abril 2018 10:51

   "El solar era mi campo de juegos", dice el autor sobre el extrarradio

   BARCELONA, 7 Abr. (EUROPA PRESS) -

   El periodista y escritor Kiko Amat ha lanzado su quinta novela 'Antes del huracán' (Anagrama), en la que hace un canto a "la rareza como magulladura no particularmente romántica", ha explicado en una entrevista de Europa Press.

   En la novela, Curro --internado en el manicomio de Sant Boi-- recuerda su infancia en 1982, cuando era un niño frágil, envuelto en tics y fobias y luchaba por superar los traumas de su vida.

   En su novela ahonda en la rareza y la diferencia, y ha reivindicado: "Se considera lo normal a veces por fuerza numérica, como podría ser el caso de los fans del fútbol, que chafan a los demás por su fuerza de ser millones de personas".

   "Quería explicar la rareza patológica. Muy innata. Que no tiene nada que ver con los caminos que escoges", ha dicho Amat, que considera que se trata de un libro anti-épico.

LUZ EMPÁTICA

   Ha buscado más que en anteriores novelas la empatía en sus personajes, para entender de dónde procede su ira: "Siempre tenía un punto donde me faltaba aumentar esta luz empática".

   "¿Lo que te cambia o te empeora, ya lo llevabas de fábrica?", ha dicho el escritor, que plantea en su novela si son las circunstancias las que le vuelven a uno triste o airado, y aunque en la novela no da opiniones, él considera que es una mezcla tanto de la genética como del entorno.

   Ha dicho que "quizás hay genes latentes que explican la rareza o alienación", pero que el contexto de desestructuración y violencia de los años 80 también empuja a cruzar ciertas líneas.

   Amat ha explicado que si sus anteriores obras tenían los dejes de la cultura pop de la que es heredero en esta novela ha querido relatar "una historia dura y concisa" que dejara aparte sus inclinaciones artísticas y sus opiniones.

EXTRARRADIO, DOBLE MARGINALIDAD

   Ha criticado que durante muchos años ha habido escritores de clase media y alta "imaginando qué es una comunidad de extrarradio sin haber visto ninguna, y con una mirada benevolente y didáctica".

   Pero él, como Carlos Zanón, han escrito sobre el extrraradio obrero sin una mirada aérea, sino desde el interior, distinguiendo todos sus matices, como por ejemplo quién podía ir de vacaciones, y de ellos quién se iba a un camping.

   Ha insistido en que su novela, llena de humor, no se puede leer en clave de costumbrismo benevolente, sino que es "una descripción dura, inclemente y con vertiente política de lo que es el extrarradio", del que describe sus solares piedra a piedra, e incluso sus olores.

   Ha considerado que vivir en el extrarradio en aquella época significaba una doble marginalidad no sólo de clase, sino también de la belleza, ya que implicaba aparte de la marginalidad económica también aislamiento "de lo guay de la gran urbe", de las cosas románticas y bonitas.

   "La clase obrera urbana tiene otras características. Si eras del Carmel bajabas y estabas en la Sagrada Família", ha dicho Amat, que cree que en el extrarradio había marginación de una serie de bellezas, y el paisaje se encargaba de recordarlo, con unos límites muy claros.

   "El solar era mi campo de juegos", ha concluido el escritor, que también ha citado el río y las fábricas como parte de ese paisaje emocional, que en esta novela describe con esmerada precisión.

   Ha avisado de que ésa es su fuente de energía y que en ella hay ocho millones de historias que se pueden extraer: "No hay tanta gente que pueda contar la experiencia de la periferia y la clase obrera barcelonesa. Es el mundo que yo entiendo, que dejó cicatrices en mí. No puedo evitar volver allí siempre".