La 'narcosala' de Zona Franca cumple cinco años atendiendo a 1.400 toxicómanos

Actualizado: lunes, 6 diciembre 2010 11:56

Acogen a supervivientes de la heroína de Can Tunis de Barcelona

BARCELONA, 6 Dic. (EUROPA PRESS) -

La 'narcosala' móvil de la Zona Franca de Barcelona ha atendido en sus cinco años de vida a 1.400 drogodependientes, la mayoría supervivientes de la época de la heroína en Can Tunis que siguen un tratamiento de metadona y que se han pasado a la cocaína intravenosa o fumada.

El centro empezó con el fin del barrio de chabolas de Can Tunis, donde se concentraba gran parte de la compraventa y consumo de drogas de la ciudad, que después acabó diluyéndose por Ciutat Vella y la Zona Franca.

La quincena de drogadictos que cada día pasan por el bus de drogas son mayoritariamente hombres, españoles --un 70%--, de entre 38 y 42 años, muchos de ellos sumidos en un proceso de marginalidad y enfermos crónicos, aunque otros --los menos-- pueden combinar el consumo con un trabajo más o menos estable.

En una entrevista de Europa Press, la coordinadora de Baluard y Zona Franca, Esther Henar, explica que mientras que la heroína es un depresor del sistema nervioso central, la cocaína es un estimulante que tiene más efectos neurológicos, que genera mucha más ansiedad y no tiene límite de consumo: "Una persona puede estar consumiendo sin parar hasta que el cuerpo aguante".

"ANSIEDAD TREMENDA E INCONTROLABLE"

"Hay personas con una impulsividad tan exagerada con la cocaína que a veces consumen después heroína para frenar esa ansiedad tan tremenda e incontrolable", ha puntualizado.

El bus de drogas de la Zona Franca está aparcado cada día cerca del Centro de Atención Primaria (CAP) Carles Ribas y cuenta con cinco trabajadores que atienden a los toxicómanos, controlan que hagan un consumo responsable, les curan y evitan las sobredosis.

Les dan un entorno seguro para inyectarse, algo que en muchos casos harían en plena calle o en algún rincón escondido, y les tratan de tú a tú, con respeto, aunque les exigen que cumplan unas normas de higiene y sanitarias para poder beneficiarse del servicio.

Lo principal: utilizar las jeringuillas y el material esterilizado que les proporcionan, no compartir jeringuillas, no manipular agujas y lavarse siempre las manos.

En una entrevista de Europa Press, la responsable de esta sala de consumo, Cristina Bertrán, explica que la mayoría de vecinos del barrio les han "acogido muy bien" porque están muy sensibilizados ante la problemática de la droga, aunque admite que en algunos casos se dan conflictos entre ellos.

Comerciantes, colegios, centros médicos y entidades vecinales conocen a su equipo y tienen su teléfono para llamarles ante cualquier emergencia, ya que además de atender a los toxicómanos en su sala móvil, también tratan de evitar que se pinchen en la calle y abandonen las jeringuillas.

500 CONTACTOS AL AÑO

Según Henar, pueden llegar a hacer unos 500 contactos al año en Zona Franca, mientras que en Baluard, en la zona de Drassanes, tienen registradas 7.000 personas que han pasado al menos una vez a consumir. La media de edad de la gente a la que atienden está entre los 25 y 35 años.

La Agencia de Salud Pública de Barcelona dirige cuatro espacios de consumo sanitario de drogas, las conocidas 'narcosalas', que funcionan también como centro de salud y se dedican a lo que técnicamente se conoce como "reducción de daños": para que el consumo de drogas no ponga en riesgo la salud de los toxicómanos ni la comunidad.

En el primer semestre de 2010 han pasado por estas salas una media de 630 personas, cuando en 2009 fueron 760. El centro más numeroso, con 189, es el de Baluard, que recibe a toxicómanos de la zona de Ciutat Vella. Las 'narcosalas', un sistema que existe en muy pocos países, han ayudado a que las muertes por sobredosis hayan pasado de las 150 anuales a 70 en los últimos años en Catalunya.