Plensa reflexiona en "la espiritualidad" del individuo terrenal con una escultura en Montserrat

Jaume Plensa instala una escultura en Montserrat que evoca la invisibilidad
EUROPA PRESS
Publicado: viernes, 10 mayo 2019 15:58

   "Quizás lo más importante de nuestra vida es invisible, no se ve. Es una contradicción muy interesante"

   MONISTROL DE MONTSERRAT (BARCELONA), 10 May. (EUROPA PRESS) -

    El escultor Jaume Plensa ha instalado hasta noviembre en el atrio de la Basílica de Santa Maria de Montserrat (Barcelona) la escultura de cuatro metros de alto 'Anna', la cabeza de una niña con los ojos cerrados que evoca la invisibilidad y la visión interior y que es una "reflexión de la relación del individuo terrenal con su espiritualidad".

   "El interior de esta pieza es todo exterior, que la abraza y siempre hay algo en medio que la está perturbando. La vida es un poco así", ha dicho en declaraciones a los medios, donde ha afirmado que el ser humano tiene este punto de transparencia.

   Con esta escultura, de hilo de acero inoxidable, trata de ensalzar la importancia de lo invisible en nuestra vida: "Quizás lo más importante de nuestra vida es invisible, no se ve. Es una contradicción muy interesante. Nuestra vida es siempre muy material, pero lo que nos mueve, nos angustia, nos alegra, el amor, el odio, es invisible".

   "Yo que soy un artista mediterráneo, que necesito tocar, acariciar, siempre me ha fascinado esta contradicción, de las cosas matéricas. Te das cuenta de que lo que abrazas es aire e invisibilidad", ha dicho Plensa, para el que 'Anna' habla de la transparencia y de la luz que atraviesa a las personas.

   Seleccionó el retrato de una niña barcelonesa Anna, de belleza muy mediterránea, clásica y suave, porque combinaba muy bien con la vista de los arcos del atrio de Montserrat, en una "mezcla de lo más humano y lo más sagrado".

   El origen de esta escultura se encuentra en su intervención hace cuatro años en la iglesia de San Giorgio Maggiore de Venecia (Italia), que tuvo muy buena acogida entre la comunidad benedictina, y cree que motivó que el director del Museu de Montserrat, Josep Laplana, le encargara esta obra; Laplana ha destacado, por su parte, que Plensa está en el "top del top del arte contemporáneo" y que su obra irradia espiritualidad, y ha añadido que es la estrella que más brilla en el firmamento artístico.

   Acompaña a la escultura una exposición retrospectiva en el Museu de Montserrat que complementa y ayuda al público a entender su obra de la mano de 18 grabados "todos ellos relacionados con el vacío y el lleno y la invisibilidad".

MONTSERRAT, MONTAÑA "MÁGICA Y ONÍRICA"

   Sobre este encargo, Plensa ha dicho que le encantó recibirlo porque Montserrat es un mundo mágico y onírico, y que, como otros lugares en el mundo, desprende una energía extraña surgida de la mezcla de la naturaleza y espiritualidad introducida por los bendictinos, más allá de la religión de cada uno: "Hay algo que te subyuga y te atrapa".

   El abad Josep Maria Soler ha destacado que Plensa trata con su obra de generar silencio para que cada persona esté consigo misma, y quiere invitar a entrar dentro de uno mismo porque cuanto más se interioriza más se conecta con los demás, y ha subrayado la "gran sintonía" entre el trabajo personal de cada monje y el trabajo de Plensa, como la creación de silencio interior para conocerse en profundidad y responder a las grandes preguntas.

   Sobre sus próximos tabajos ha enumerado una exposición en La Haya (Holanda) el mes que viene, una instalación en la Ciutat de les Arts de Valencia, una cabeza de hierro fundido delante del Hermitage en San Petersburgo (Rusia) y una escultura como 'Anna' en Century City, en Los Ángeles (Estados Unidos).

   Ha avanzado que empezará dos proyectos, uno en la gran sala de entrada al museo Grand Rapids de Michigan (Estados Unidos) de 26 metros de ancho por siete de alto que plasmará cuatro caras de mármol blanco en las paredes --que se tardarán dos años en esculpir--, y una cabeza en silencio en el río norteamericano Hudson, que se inaugurará en septiembre de 2020.

   Sobre la posibilidad de tener una escultura de 22 metros en Barcelona, ha dicho que está "muy triste con este tema porque habría sido un subidón espiritual para la ciudad", y hubiera sido algo para los tristes habitantes de una ciudad sin opinión.