BARCELONA, 9 Nov. (EUROPA PRESS) -
Los agentes que arrestaron a Aitor D.C., el principal acusado de apuñalar mortalmente a un 'okupa' durante las fiestas del barrio barcelonés de Gràcia de 2004, explicaron hoy que el procesado les confesó "nervioso y muy alterado" tras su detención que había participado en una pelea y que "había tenido que defenderse", aunque no mencionó haber agredido a nadie con una navaja.
Un tribunal popular juzga desde el lunes en la Audiencia de Barcelona a Aitor D.C., presunto autor material de la puñalada, y a Emilio C.P., quien supuestamente le entregó el cuchillo. La Fiscalía y la acusación particular y popular solicitan entre 19 y 20 años de prisión para los acusados por el asesinato del joven 'okupa' Roger A.G., que murió tras permanecer cinco meses en coma en el hospital.
Durante la sesión de hoy, declararon varios agentes de la Guardia Urbana y del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) que estuvieron en el lugar donde ocurrió el suceso, a la altura de la estación de Metro de Fontana, o bien participaron en la identificación de los testigos y en la detención de los acusados.
Los urbanos coincidieron en señalar que a su llegada al lugar de los hechos, una vez ya se había producido el apuñalamiento del joven 'okupa', observaron que ambos grupos "se tiraban objetos" y que los testigos ajenos a la reyerta les confirmaron que no era un ataque, sino una "pelea" en la que los dos bandos "se propinaban golpes".
Según declararon los agentes, Aitor D.C. fue detenido tras ser identificado y perseguido por dos dotaciones policiales en una calle adyacente al lugar del suceso. En un principio, el acusado se escondió tras una valla en una zona en obras, aunque finalmente salió tras los requerimientos de los agentes.
Una vez detenido, los policías afirmaron que Aitor les confesó, "nervioso y muy alterado" que había participado en una pelea y que "había tenido que defenderse", aunque no mencionó haber agredido a nadie ni haber portado un arma hasta que fue interrogado en comisaría.
Fue entonces cuando el acusado explicó que había tirado la navaja, pero que no recordaba dónde. Los agentes iniciaron una búsqueda por los alrededores, dotados con linternas, hasta que localizaron el cuchillo en un rebosadero para las aguas situado en la calzada. Entre la rejilla pudieron divisar el cuchillo que, según afirmaron, "tenía sangre en la hoja".
ARMA DE ASPECTO "MUY AGRESIVO".
Según uno de los agentes, el arma tenía un aspecto "muy agresivo" y, teniendo en cuenta el lugar donde se encontró, no era posible que hubiera ido a parar allí de forma casual, ya que no cabía entre los barrotes de la reja y alguien tuvo que esconderla intencionadamente.
Durante su declaración, varios policías destacaron que se trataba de un arma "muy característica", llegando a afirmar uno de ellos que en "23 años de profesión nunca había visto una parecida". Se trata de un cuchillo de hoja ligeramente curvada con un filo de corte y otro de sierra, una empuñadura pequeña de madera en forma de 'T' y que normalmente utilizan los cazadores para desollar animales.
DIFERENTES HUELLAS EN LA NAVAJA.
Por otra parte, uno de los investigadores señaló que no se encontraron huellas en el arma homicida porque la madera de la empuñadura "absorbe el sudor y lo hace más difícil". El agente explicó que no se pudo analizar la navaja hasta enero de 2005, medio año después de la agresión, ya que la Policía Científica no la recibió hasta entonces.
El agente encargado de examinar el cuchillo que mató a Roger A.G. afirmó que, a primera vista, le pareció que el arma había sido limpiada y que, posteriormente, detectó huellas dactilares muy diversas, achacando este hecho a que la navaja pasara de mano en mano.
A este respecto añadió que, en este caso, quizá hubiera sido útil disponer de una huella "palmar", es decir, de toda la palma de la mano y no sólo de los dedos para poder comprobar si fue el presunto autor de la puñalada, Aitor D.C., quien empuñó el cuchillo.
