MADRID, 12 Oct. (EUROPA PRESS) -
El Príncipe de Asturias se ha mostrado este viernes convencido de que Catalunya "no es un problema" y ha hecho un llamamiento a los responsables políticos para que contribuyan a rebajar la tensión de los últimos días.
En una conversación informal con periodistas durante la tradicional recepción en el Palacio Real con motivo del Día de la Fiesta Nacional, ha subrayado que la tensión actual deben resolverla "con responsabilidad" los políticos.
Eso sí, la Corona, como ha hecho hasta ahora, está dispuesta a contribuir también con responsabilidad a la búsqueda de una solución --ha dicho--, si bien ha reconocido que el ambiente preelectoral no favorece esta tarea de "rebajar la tensión".
CATALUNYA REAL Y ESPUMA
Al preguntársele por el posible aumento de los ciudadanos catalanes que defienden la independencia, ha subrayado que Catalunya es una sociedad muy plural y que él confía más en la Catalunya "real" que en toda esta "espuma" de imágenes y declaraciones que en los últimos días están dando la imagen de un territorio distanciado del resto de España.
En su opinión, en estos días se ven manifestaciones de una parte de la sociedad catalana que no representa la totalidad de esa sociedad, y ha apuntado que quizás entre los catalanes hay quienes aún no han encontrado unas siglas políticas con las que se identifiquen plenamente.
Él ha sido casi el único que se ha mostrado dispuesto a intercambiar impresiones con los periodistas sobre el futuro político de Catalunya
Al Rey también se le ha preguntado pero ha desviado la pregunta: "¿Sevilla?", ha respondido con guasa a un periodista que quería saber su opinión al respecto, y en otro momento ha dicho: "No me vais a sacar una palabra".
Ni el presidente del Gobierno ni sus ministros --con la excepción del de Educación y Cultura, José Ignacio Wert-- han querido hacer declaraciones sobre Catalunya, y tampoco el líder de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba.
CRISIS Y NOBEL A LA UE
Don Felipe también ha intercambiado opiniones con la prensa en torno a la crisis y sobre la concesión a la UE del Premio Nobel de la Paz.
Con respecto a la crisis, se ha referido a la necesidad de buscar un equilibrio para lanzar mensajes optimistas a la ciudadanía sobre la superación de la crisis, pero con mesura porque hay mucha gente que lo está pasando muy mal.
Sobre el Nobel de la Paz a la UE, ha reconocido que este premio siempre es inesperado y ha considerado posible que a algunos ciudadanos europeos, como los griegos, les cueste entender su justificación, aunque, en todo caso, para él, el galardón supone una apuesta por el impulso y el futuro de Europa.
