Actualizado 11/03/2009 18:57

Los familiares de los dos jóvenes melillenses hallados carbonizados en Marruecos piden justicia

MELILLA, 11 Mar. (EUROPA PRESS) -

Los familiares de los melillenses de nacionalidad española Salam y Rachid, hallados muertos a mediados de julio de 2008 en un bosque de Buyafar (Marruecos) con las caras totalmente carbonizadas, al pareceer con un soplete, piden justicia, para detener al autor o autores del crimen, después de ocho meses desde que se produjeran los hechos.

Según informó hoy a Europa Press un portavoz de los familiares, estos y amigos de los jóvenes han protagonizado incluso una concentración en Nador, ciudad marroquí más próxima a Melilla, para reclamar información, ya que corresponde a Marruecos incentivar la investigación porque el suceso se produjo en suelo del vecino país.

Los manifestantes, medio centenar de personas llegadas desde Melilla, obtuvieron el permiso de las autoridades nadorenses para realizar la concentración que se llevó a cabo en el paseo marítimo, portando pancartas en las que se exigían "información" y "justicia", y portaban banderas de España y de Marruecos.

Según explicaron, una delegación de los concentrados, además, fue recibida por el cónsul general de España en Nador, Fernando Sánchez Rau, que oyó sus demandas y se comprometió a colaborar con los familiares en todo lo que esté a su alcance, dado que los dos jóvenes ostentan la nacionalidad española.

Las reivindicaciones de los padres de Salam y Rachid iban dirigidas en concreto a las autoridades judiciales y policiales marroquíes, a los que quieren dar a conocer a los que creen que son los supuestos autores de estos asesinatos y que aseguran son residentes en Melilla, con el fin de que soliciten la extradición a España para que sean juzgados en Marruecos.

Salam y Rachid fueron encontrados por un pastor en un bosque de la vecina localidad de Buyafar (Cabo Chico) con los rostros totalmente quemados supuestamente con un soplete. Los chavales, de entre 20 y 22 años de edad y de origen bereber, fueron hallados "después de haber sido asesinados y quemados", indicaron fuentes policiales.

Las razones de este suceso se desconocen después de que fueran echados en falta en sus respectivos domicilios desde una semana antes, hasta que a finales de julio recibieron la noticia del deceso. Al tener los rostros totalmente carbonizados, apuntaron las citadas fuentes, a uno de ellos se le reconoció por el pendiente que llevaba en una oreja y a otro por ser el propietario del vehículo encontrado en la zona.

Los cuerpos fueron sometidos a sendas autopsias, una en Nador y otra en Melilla, antes de ser enterrados en el Cementerio Musulmán de la ciudad autónoma.