MADRID, 26 Feb. (CHANCE) -
A pesar de haber reconocido recientemente los duros momentos que pasó al darse cuenta que se hacía mayor y el cambio físico que empezaba a experimentar, no está dispuesta a pasar por quirófano para arreglar esas arrugas que ahora luce su rostro.
Declaró que lloró cuando se dio cuenta que el paso del tiempo comenzaba a notarse en su cuerpo, pero que si quería seguir adelante con su vida tenía que quererse como era y adaptarse al cambio. Fue en una entrevista a la revista americana Shape acompañada de una serie de fotografías que dejaban al descubierto el magnífico físico que sigue luciendo la actriz de Instinto Básico. Y ha sido en esa misma entrevista donde ha reconocido que no está dispuesta a pasar por un quirófano para mejorar su aspecto.
A sus 56 años nunca ha tenido la tentación de probar la cirugía plástica, pero admite que tiene una buena cola de prestigiosos médicos dispuestos a operarla. "No puedo decir cuantos cirujanos plásticos han tratado de venderme un lavado de cara. Eso no es ético, porque el juramento hipocrático es no hacer daño, y la cirugía puede ser perjudicial y eso no es de fiar".
Aunque ella no esté dispuesta a someterse a operaciones de estética, no juzga a la gente que decide hacerlo, eso sí, cuando sea por causa mayor. Sin embargo no duda en arremeter contra las mujeres que abusan de la cirugía: "Todo el mundo está empezando a parecerse. Tenemos 400.000 niñas con el pelo rubio teñido, la misma nariz, labios gigantescos e implantes en las mejillas", unos cambios que a la actriz le hacen plantearse si con ellos "¿verdaderamente son más guapas?".
Sea como fuere, pase por quirófano o no, Sharon Stone sigue siendo a sus 56 años un auténtico sex symbol de Hollywood.