MADRID, 29 May. (CHANCE) -
Iker Casillas y Sara Carbonero forman una perfecta familia. Enamorados como el primer día y radiantes de felicidad, la pareja disfruta del buen tiempo típico de la primavera junto a su pequeño Martín. La familia salió a comer con un grupo de amigos, y es que desde que naciese Martín, la periodista y el portero no pueden disimular su felicidad.
Para Sara la maternidad ha sido una de las experiencias más intensas y magníficas de su vida, tal y como ha narrado ella misma en su blog personal. A Sara se le cae la baba con su bebé y otro tanto le pasa al orgulloso papá, que hace unas semanas compartió con sus seguidores en las redes sociales una fotografía de Martín con una mini Copa del Rey, quién se convirtió el gran protagonista en el Santiago Bernabéu en la celebración de la Champions 2014.
El primer hijo de la pareja nació el pasado 3 de enero en la clínica Ruber de Madrid, llegando como un regalo anticipado de Reyes a su casa. Felices y emocionados, Sara e Iker posaron a las puertas del hospital cinco días después y desde entonces sigue disfrutando cada día de este magnífico cambio de vida que les ha traído el 2014.
Muy felices, la familia llegó al restaurante donde tendría lugar la comida. A su llegada, Iker empujaba el cochecito mientras que Sara caminaba a su lado. Después la periodista, impresionante con una blusa estampada en tonos azules y blancos, vaqueros pitillos, zapatos de cuña en nude, y maxi bolso del mismo color, le tomó el relevo a su novio y empujó ella el cochecito.
Una estampa de lo más familiar a la que ya podemos ponerle la cara a Martín, desde que Iker Casillas publicase la foto de su pequeño el pasado Día de la Madre. Esta ha recibido miles de comentarios acerca del gran parecido con su madre.
LA PAREJA DISFRUTA DE LAS BUENAS TEMPERATURAS CON SU BEBÉ
Durante el almuerzo se pudo ver a la pareja disfrutando mientras comían en compañía de sus amigos. Iker, todo un padrazo, estuvo muy pendiente de su bebé en todo momento. El portero del Real Madrid se levantó en varias ocasiones para ponerle el chupete a su hijo y para taparle con una mantita azul.
Más tarde, cuando caminaban por la calle de regreso a casa, el guardameta blanco cogió a Martín en brazos cuando este se puso a llorar. Mientras tanto Sara, que se había recogido el pelo en una estilosa coleta, empujaba el carrito y conversaba con una pareja de amigos. El bebé, que hace las delicias de sus padres, estaba de lo más gracioso con un pantalón vaquero y una camiseta de rayas.
