MADRID, 20 Abr. (CHANCE) -
A pesar de que ya no pertenecen a la Casa Real Británica, el príncipe Harry y Meghan Markle han querido utilizar su relevancia pública y aportar su granito de arena en la lucha contra el COVID-19, apoyando una vez más a los más desfavorecidos y a los que se están viendo más afectados por las consecuencias de esta crisis mundial.
La pareja fue vista en Los Ángeles, donde han comenzando su nueva vida, acudiendo a entregar alimentos a los residentes locales que más lo necesitan. Cumpliendo con el protocolo de seguridad contra la propagación del virus, tanto el hijo de Lady Di como su mujer utilizaron protegieron su rostro, la actriz con una mascarilla blanca y Harry con un pañuelo azul, aunque no utilizaron guantes ni cumplieron con la recomendación de la distancia social dejando entre ellos un metro de distancia, sino que acudieron cogidos de la mano.
La pareja ha colaborado con Project Angel Food, una organización sin animo de lucro, que prepara y entrega comidas a personas que viven con enfermedades críticas y que corren un mayor riesgo durante la pandemia de COVID-19.
"Realmente hicieron dos entregas para nosotros, una el domingo de Pascua y otra el miércoles, y lo hicieron en silencio", dijo a People, Richard Ayoub, director ejecutivo de Project Angel Food. "Estamos completamente honrados", aseguraba, y comentaba sobre la visita: "Se comprometieron con nuestros chefs, se comprometieron con los clientes; solo querían asegurarse de que las personas sintieran el amor y el aprecio. Su objetivo era realmente honrar a nuestros chefs, personal y voluntarios siendo de servicio". Igual que están colaborando con organizaciones no gubernamentales en Los Ángeles, tanto Harry como Meghan continúan ligados a fundaciones de Reino Unido, con las que Markle ha tenido varias reuniones por vídeoconferencia en las últimas semanas para conocer la situación de primera mano y prestar su ayuda desinteresada.
