El glamour de los años 60 de Juan Vidal y la autoevaluación de Moises Nieto

Juan Vidal y Moisés nieto, el colorido frente al blanco y negro
Foto: EUROPAPRESS 

MADRID, 16 Feb. (CHANCE) -

   La tercera jornada de la pasarela Cibeles arranca de la mano de Juan Vidal y el glamour de los años 60. Mini faldas, cortes a la cintura, abrigos oversize y sombreros de ala ancha dan forma a la colección "Diana y las bestias", inspirada en la diosa de la guerra, amante de la libertad, peligrosa y arriesgada pero ante todo, símbolo de la feminidad. Regresamos a los estampados de colores, prints de figuras zoomórficas y geométricas en colores planos pero intensos.

   Fucsia, verde oscuro, naranja quemado, púrpura, granate y el siempre elegante negro dan color a faldas y vestidos a mitad de muslo, blusas con pie de cuello alto de seda estampada, mangas al bies largas y fluidas, pantalones cortos con pinzas y para la noche apuesta por vestidos rectos y largos de pronunciados escotes asimétricos y figuras geométricas. Un auténtico ejercicio de saber hacer, una colección llena de detalles, acabados perfectos y remates estudiados.

   Los abrigos toman la delantera y se convierten en protagonistas con cuellos redondeados de Visón y gabardinas estructuradas con grandes bolsillos. Una colección donde prima la importancia hacia el contrapunto de los tejidos, donde hasta los complementos cumplen el requisito del detalle adornando los sombreros con exquisitos dibujos que incorporan plumas. Una lección de estilo por parte de Juan Vidal que año tras año continúa sorprendiendo.

MOISES NIETO, ENTRE BLANCO Y NEGRO

   El diseñador ubetense regresa por tercer año consecutivo a la pasarela madrileña y lo hace con la que es su séptima colección. Una colección otoño invierno 2014-15 con un claro protagonista: el binomio blanco y negro. Bajo el nombre de "7*27", Moises Nieto hace una reflexión del paso del tiempo, de como los años han marcado su carrera y cómo ha evolucionado.

   Quizá el 7 haga referencia a su séptima colección y 27 a la edad en la que empezó a diseñar, pero sea como fuere, ha desfilado elegancia con una colección llena de geometría monocromática, con el negro como fondo y el blanco y gris como base. Superposición de tejidos, escotes pronunciados en picos infinitos y, como ya hemos visto en las pasarelas de París y Nueva York, vuelve el palabra de honor.

   Siluetas concisas que con el paso del tiempo cambian en base a un criterio, un trazo continuado siguiendo unas líneas predeterminadas. Un trabajo minucioso donde prima el detalle al poner de manifiesto la complejidad de lo simple, la dificultad que tiene lo básico frente a lo elaborado. Una colección que a primera vista te deja con ganas de más pero cuya evolución acaba por completar ese plus que necesitabas.

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