MADRID, 7 Feb. (EUROPA PRESS) -
A pesar de vivir en la oscuridad en el fondo del océano, hay estrellas de mar que tienen ojos en sus brazos, similares a otros ejemplares de esta especie que viven cerca de la costa.
Hace tiempo que se sabe que algunas estrellas de mar que viven cerca de la costa tienen ojos compuestos en la punta de los brazos. En este nuevo estudio, los investigadores de la Universidad de Copenhague y el Instituto de Recursos Naturales de Groenlandia encontraron que lo mismo era cierto para muchos tipos de estrellas de mar que viven en la oscuridad en el fondo del océano.
El estudio se publica en Proceedings of the Royal Society B.
Para aprender más sobre la visión de las estrellas de mar en lugares además de la costa, los investigadores recolectaron cientos de especímenes (que representan a 13 especies) desde profundidades que van desde aguas poco profundas hasta 1.000 metros bajo la superficie, en el Atlántico Norte cerca de Groenlandia.
Encontraron que 12 de las especies tenían ojos compuestos similares a los que se encuentran en las estrellas de mar cerca de la línea costera: la única especie sin ojos era una estrella de mar excavadora que vive relativamente cerca de la costa.
En todos aquellas con ojos compuestos, se ubicaron en el lado inferior de la punta del brazo, lo que significa que la estrella de mar dobla las puntas para usarlos, apuntando los ojos a los objetivos. La agudeza visual y la sensibilidad a la luz variaron entre las especies que estudiaron.
El equipo también notó que dos de las especies también eran bioluminiscentes, capaces de emitir destellos de luz. Debido a que tienen visión y un medio para producir luz, los investigadores sugieren que la bioluminiscencia podría ser un medio de comunicación entre miembros de la misma especie, quizás como una señal de advertencia de los depredadores o como parte del apareamiento.
Señalan que se requieren más estudios para aprender cómo las estrellas de mar realmente usan tanto los ojos como la bioluminiscencia, pero también señalan la dificultad para hacerlo. Estudiar una criatura marina en el fondo del océano en la oscuridad requiere un equipo especializado y tal vez una fuente de luz, que cambia el ambiente, inhibiendo la observación del comportamiento natural.
