Investigadores del CSIC identifican la proteína más robusta conocida

Actualizado: viernes, 11 septiembre 2009 19:24

MADRID, 11 Sep. (EUROPA PRESS) -

Investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han identificado la proteína más robusta que se conoce, y sugieren que podría tener potenciales aplicaciones en la mejora de métodos de obtención de bioalcohol y en el desarrollo de microchips, según informó el centro en un comunicado.

Los responsables del estudio, que fue publicado en la revista 'Proceedings', hallaron en su investigación estas moléculas, denominadas escafoldinas, que permiten a las bacterias del género 'clostridium' adherirse a la celulosa, y que son el doble de robustas que la proteína más resistente conocida hasta la fecha, la titina, el "muelle biológico" de los músculos.

Según explicó el director de la investigación, Mariano Carrión Vázquez, "además de muelles biológicos existen muchas otras proteínas que generan o están sometidas a fuerzas mecánicas. Nuestra investigación se ha centrado en uno de esos grupos, las denominadas proteínas de adhesión, unas moléculas que permiten a una célula pegarse a superficies o juntarse con otras formando tejidos, órganos y sistemas, como el nervioso", comentó el científico.

Este experto explicó que "las proteínas realizan la inmensa mayoría de las funciones vitales y, por tanto, conocerlas en detalle puede resultar básico para entender cómo funcionan los seres vivos o, por ejemplo, cómo curar las enfermedades. En este sentido, la gran asignatura pendiente de la biología es el funcionamiento interno de las proteínas", indicó.

Con el objetivo de profundizar en esta cuestión, el equipo del CSIC (en la imagen) trabaja en la nanomecánica de las proteínas, una disciplina que emplea técnicas de nanomanipulación para estudiar las propiedades mecánicas de estas moléculas. "Este tipo de estudios, que tira de los extremos de la proteína para descoyuntarla, como si de un potro de tortura medieval diminuto se tratase, ha permitido entender el funcionamiento de muchas de las piezas de estas pequeñas máquinas biológicas", apuntó el investigador.

BIOALCOHOL Y MICROCHIPS

Además de avanzar en el conocimiento de las propiedades mecánicas de las

proteínas, el estudio sugiere algunas posibles aplicaciones de las escafoldinas. Por

ejemplo, señalaron que su resistencia les confiere potencial para la futura fabricación, mediante técnicas de nanotecnología, de soportes biológicos de microchips (laboratorios

miniaturizados).

Asimismo, otra futura utilidad del conocimiento generado puede ser la mejora en el proceso de obtención industrial de bioalcohol a partir de restos vegetales y residuos de papel, sin necesidad de cultivos adicionales. Según apuntaron, la clave para este desarrollo radica en la función que cumple esta proteína dentro de la bacteria de la que forma parte, del género 'clostridium'.

Carrión señaló que "las escafoldinas se adhieren a la celulosa, la biomolécula con mayor presencia en la tierra y que está presente en la mayor parte de la biomasa terrestre y en el papel. Gracias a esta adhesión, la bacteria puede alimentarse de la celulosa y generar bioalcohol", precisó.