Los moluscos más simples evolucionaron de otros más complejas

Molusco
KIRT L. ONTHANK/WIKIMEDIA COMMONS
Actualizado: miércoles, 3 octubre 2012 21:11


MADRID, 3 Oct. (EUROPA PRESS) -

Un fósil descubierto en Gran Bretaña ha puesto fin a un largo debate sobre los moluscos, uno de los grupos de invertebrados más diversos. El fósil, que fue encontrado en las rocas marinas de la frontera entre Inglaterra y Gales, proporciona la mejor evidencia hasta el momento de que los fósiles más simples evolucionaron desde sus hermanos con conchas, anatómicamente más complejos, en lugar de al revés.

El descubrimiento, publicado en 'Nature', refuerza los hallazgos previos de estudios de secuenciación molecular y ayuda a clarificar las relaciones evolutivas de los moluscos, una categoría amplia que incluye no sólo a ostras y mejillones, sino también a babosas, calamares y pulpos.

"El nuevo fósil es una especie de eslabón perdido con concha y cuerpo de gusano", señala Derek E. G. Briggs, director del Museo de Historia Natural Yale Peabody, y uno de los paleontólogos que estudian el nuevo fósil, llamado Kulindroplax perissokomos.

Las relaciones evolutivas de los moluscos vermiformes, denominados Aplacophora, han sido un tema de controversia. Anteriormente se pensaba que se originaron a partir de la explosión de diversidad en el período Cámbrico temprano, sin embargo, ahora se ha demostrado que evolucionaron hace 50 millones de años, al perder sus conchas.

Kulindroplax es el primer molusco observado con una combinación ambigua de válvulas, o conchas exteriores, y cuerpo de gusano, según señala el coautor Mark D. Sutton, del Imperial College de Londres.

Los investigadores hallaron la muestra de Kulindroplax en el yacimiento fósil Herefordshire, un rico conjunto de vida marina antigua de más de 400 millones de años. Kulindroplax - de 2 cm de ancho y 4 cm de largo - se encontraba enterrado en ceniza volcánica depositada en el fondo del mar.

Los investigadores reconstruyeron su forma tridimensional utilizando programas informáticos, que revelaron su forma y estructura en detalle. Además de sus siete conchas, Kulindroplax tenía una cubierta densa de espículas sobre el resto del cuerpo, lo que probablemente utilizaba para arrastrarse sobre el lecho marino lodoso.