Las calzadas romanas siguen contribuyendo a extender la prosperidad

Red de calzadas romanas sobreimpresionada en imágenes nocturnas de satélite
DALGAARD ET AL. / ECON.KU.DK
Actualizado: lunes, 30 abril 2018 13:34

   MADRID, 30 Abr. (EUROPA PRESS) -

   Las calzadas romanas aún actúan en favor del crecimiento económico, de la misma manera que lo hicieron hace casi dos milenios y esto puede apreciarse desde el espacio con imágenes vía satélite.

   En un nuevo estudio, investigadores de las universidades de Copenhague y Gotemburgo han revelado cómo el crecimiento económico de hoy está relacionado con las vías romanas construidas hace 2.000 años.

   Hicieron esto examinando el registro de las carreteras romanas del Atlas Digital de Civilizaciones Romana y Medievales (DARMC), un mapa interactivo donde se puede encontrar dónde se construyeron las carreteras romanas en Europa.

   Los científicos descubrieron que la columna vertebral de muchas economías fuertes se ha visto impulsada por la presencia de las antiguas carreteras romanas. Analizaron la densidad de población y la intensidad de las luces en la noche a lo largo de casi 80.000 kilómetros de rutas romanas.

   Para el año 117 de nuestra era, los romanos habían construido carreteras a través de la mayor parte del continente, desde la muralla de Adriano, en Escocia, hasta partes de Oriente Medio.

   Los romanos construían principlamente en regiones recién conquistadas sin desarrollar en un intento por establecer rutas comerciales fuertes. Construyeron intencionalmente sus caminos para que fueran muy rectos para hacer que los tiempos de viaje fuesen lo más cortos posible.

   En su estudio, los científicos encontraron "un notable patrón de persistencia" que demostró que la gran densidad de carreteras romanas estaba vinculada a una mayor actividad económica en 2010.

   Las regiones más brillantes alrededor de las ciudades y los caminos antiguos también forman una relación entre el aumento de la prevalencia de las carreteras romanas y la prosperidad económica.

   Los caminos romanos eran estructuras grandes, que generalmente miden de cinco a siete metros de ancho. Llegaron a una altura de aproximadamente un metro y medio en el centro. Las carreteras se usaron para transportar mercancías de manera eficiente y para los soldados que marchaban.

   Como aún no se habían inventado las brújulas, los topógrafos romanos utilizaron una pieza de equipo llamada groma, una cruz de madera con pesas colgando de ella, para ayudar a que las carreteras fuesen rectas. Esta red fomentó enormemente el comercio en el momento en que se redujo el tiempo de viaje.

   La investigación ha descubierto que muchos de los caminos que han existido durante milenios han formado la columna vertebral de las rutas económicas hasta el día de hoy.

   "A vista de pájaro, parece haber un vínculo entre la ubicación de las carreteras antiguas y la actividad económica actual", concluyen los investigadores.

   La conexión, sin embargo, no fue tan fuerte en las regiones del Medio Oriente y el norte de África debido a un cambio de transporte de ruedas a caravanas de camellos.