Se pide respeto por los indígenas americanos en estudios de ADN

Fiesta tradicional en una reserva india en Wisconsin
BJOERTVEDT/WIKIPEDIA
Actualizado: viernes, 27 abril 2018 10:50

   MADRID, 27 Abr. (EUROPA PRESS) -

   Un nuevo artículo en la revista 'Science' proporciona una guía para aquellos que tienen la intención de estudiar restos humanos antiguos en las Américas, a través del análisis comparado del ADN.

   El documento, escrito por eruditos y científicos indígenas y aquellos que colaboran con comunidades indígenas en estudios de ADN antiguo, ofrece una directiva clara a otros que contemplan tal investigación: lo primero, no hacer daño.

   Los científicos que estudian los restos ancestrales tienen obligaciones similares a las que vinculan a los investigadores que trabajan con seres humanos vivos, escriben los autores. Los descendientes o personas afiliadas con aquellos que vivieron hace cientos o miles de años merecen ser consultados antes de que sus antepasados sean perturbados.

   Incluso, en los casos en que los restos fueron recolectados hace mucho tiempo y se alejaron de su lugar de enterramiento original, e incluso cuando los linajes sobrevivientes están en duda, los científicos deberían consultar a los grupos indígenas que viven en la tierra o reclamar vínculos ancestrales con la región donde estaban los antepasados encontrados, dicen los autores.

   "En este momento, existen normas inconsistentes o ninguna regla para trabajar con ancestros antiguos", lamenta en un comunicado el profesor de Antropología de la Universidad de Illinois, Estados Unidos, Ripan Malhi, coautor del informe. "Y no hay requisitos para trabajar con comunidades descendientes o afiliadas, a pesar de que los nuevos hallazgos científicos relacionados con sus antepasados pueden tener serias implicaciones para ellos", añade.

   Malhi se asocia con las comunidades indígenas para estudiar ADN antiguo de individuos encontrados en tierras en las que aún viven sus descendientes. Malhi, junto con científicos, académicos y otros investigadores indígenas que trabajan con las comunidades nativas americanas y de las Primeras Naciones, trabajó para crear las prácticas de verano para los pueblos indígenas en genómica, lo que capacita a científicos indígenas en técnicas de genómica y explora cuestiones éticas.

EVITAR DAÑOS A LAS COMUNIDADES INDÍGENAS

   No consultar a las comunidades indígenas antes de analizar el ADN antiguo podría dañar a esos grupos, según señala la coautora Alyssa Bader, estudiante graduada de la Universidad de Illinois.

   "Los análisis genéticos pueden revelar información no solo sobre los antepasados, sino también sobre sus descendientes. Si las variantes genéticas vinculadas con enfermedades específicas se identifican en antepasados, por ejemplo, esto puede influir en nuestra opinión acerca de la susceptibilidad a enfermedades en la comunidad descendiente, y esa comunidad podría ser estigmatizada", afirma.

   A su juicio, los nuevos hallazgos también pueden interferir con las negociaciones actuales del tratado. "Para las comunidades indígenas involucradas en la negociación de reclamos de tierras o repatriación, nuevos hallazgos genéticos podrían reforzar o complicar esas afirmaciones", subraya.

   Estudiar el ADN antiguo sin consultar a las comunidades descendientes es también una oportunidad perdida, según la profesora de la Universidad Concordia, en Quebec, Canadá, Jessica Bardill, autora principal del artículo.

   "Los compromisos que destacamos demuestran que la colaboración con las comunidades no solo fortalece el análisis, sino que también permite formular mejores preguntas en la investigación, informadas por narrativas comunitarias sobre los antepasados, sus tierras y sus relaciones", apunta.

   Por estas y otras razones éticas y prácticas, dice Malhi, es de interés para un científico identificar y localizar grupos potencialmente afectados, consultar con ellos sobre la investigación e invitarlos a unirse al esfuerzo, mejorando así la comprensión científica del contexto en el que vivieron los pueblos antiguos. También permite a las comunidades indígenas guiar la ciencia y hacer preguntas de investigación que les interesen.

   "Involucrar a las comunidades desde el principio es fundamental para entender sus preocupaciones o preguntas sobre la investigación que involucra a parientes antiguos. Sin comentarios de la comunidad, las interpretaciones científicas siguen siendo unilaterales e intrínsecamente sesgadas", afirma otro coautor de este documento, Nanibaa 'Garrison, profesor de Bioética en el Instituto de Investigación Infantil de Seattle y la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington.