Una alternativa para asegurarse el futuro laboral al abandonar el podio
MADRID, 10 DE DICIEMBRE DE 2014 (EUROPA PRESS).- La aplicación de las TIC a la educación superior ha permitido que numerosos deportistas de élite retomen o continúen sus estudios, haciendo compatible la competición más exigente con la excelencia académica. Esta tendencia además les permitirá, el día de mañana, tener una alternativa laboral cuando abandonen el podio. Varios alumnos de la Universidad Isabel I, de naturaleza online, nos cuentan cómo es el tránsito de la competición deportiva de primer nivel al aula virtual.
"No me gustan los estereotipos". Pol García tiene muy claro a qué se refiere: a los deportistas de los que se piensa que no saben "ni hablar ni escribir". Para desmentirlo basta con escuchar -y leer- cómo explica por qué decidió matricularse en una carrera universitaria mientras compite al nivel deportivo más alto. "Siempre es importante tener estudios por diferentes motivos: se puede tener una lesión que te impida continuar con tu carrera... Por eso ahora estoy estudiando Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, y cuando acabe intentaré sacarme el grado de Fisioterapia".
García nació en Terrasa en 1995, ha pasado por la cantera del FC Barcelona, las categorías inferiores de la Juventus de Turín, y actualmente juega como lateral izquierdo en el Vicenza italiano. Si su generación fue etiquetada apresuradamente como nini ("ni estudia, ni trabaja"), una nueva hornada de deportistas de élite contradice ese cliché; García compatibilizó desde el principio estudio y deporte, cursando el bachillerato online. Gracias a las nuevas tecnologías aplicadas a la educación, lo que hace unos pocos años era una utopía por los exigentes calendarios de competición y los entrenamientos casi diarios, hoy es una opción cada vez más demandada.
Para muchos deportistas la elección entre seguir estudiando o competir a alto nivel llegó impuesta prácticamente desde la infancia. Es el caso del exfutbolista Pablo Amo, quien tras haber jugado durante 16 temporadas como profesional en clubes como el Sporting de Gijón, Deportivo de la Coruña, Real Valladolid o Real Zaragoza, reconoce haber tenido "desde siempre una espina clavada" por no poder estudiar, y ahora puede "reconectar con la carrera" que siempre quiso hacer, en su caso Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. O Iván López, Camarero II en el mundo de la pelota, que abandonó las aulas "hace 12 años tras estudiar Hostelería" y dice "estar aquí de nuevo. Con una buena base de estudio siempre se sale adelante". Como Sheyla Gutiérrez, ciclista, campeona de España sub-23 en la categoría de ruta y estudiante de Psicología, cuya familia "a pesar de venir de este deporte a uno u otro nivel, no quería que se decantara por él", pero a la que ahora "apoyan en cada pedalada".
"Después del deporte de alto nivel también existen multitud de inquietudes que saciar"
Las motivaciones que les han llevado de nuevo a las aulas, esta vez a través de la pantalla de un ordenador, son variadas pero siempre con una tónica común; el temor, o al menos la incertidumbre, con lo que pasará una vez que el estado físico impida estar en lo alto y la necesidad de conocer otros ámbitos alejados de los terrenos de juego. Galder Cerrajería, exjugador del Burgos CF y ahora en el Barakaldo CF, cree "indispensable cultivar la mente y culturizarse", porque "después del deporte de alto nivel también existen multitud de inquietudes que saciar". Amo, que ejerce como entrenador en China, habla de "un momento vital duro al retirarse, con toda la vida por delante", al llegar a lo que denomina con humor "la jubilación anticipadísima".
Para los deportistas llega mucho antes la "jubilación anticipadísima"
Todos estos alumnos de la Universidad Isabel I son conscientes del paralelismo entre la práctica deportiva y el estudio. El piragüista David Llorente, que además de estudiar en la Universidad Isabel I recibe su patrocinio, señala que el deporte "transmite disciplina, constancia y tolerancia a la frustración", valores que "ayudan a afrontar el estudio de forma distinta", y viceversa: "Además de la concentración que aporta el estudio para afrontar los entrenamientos y la competición, los conocimientos que se van adquiriendo, por ejemplo, con el doble grado en Nutrición y Dietética y Ciencias del Deporte, se pueden ir aprovechando para mejorar el rendimiento". En este camino de ida y vuelta entre el estudio y el ejercicio también se equiparan la figura del profesor y la del entrenador. Gutiérrez emplea términos similares para referirse a ambos: "El feedback que recibes es un impulso para seguir, una constatación de tu trabajo y una confirmación de que estás construyendo bien tu conocimiento".
Y, al igual que en el deporte, para todo estudiante llega también la hora de demostrar el esfuerzo hecho durante el curso. Para Carmen Andrés, bailarina diplomada por la Scala de Milan, ahora "es fundamental el aspecto de la flexibilidad de horarios que ofrece la universidad online. Suelo tener problemas con las fechas de espectáculos, por ejemplo, y si no me ofreciese esa flexibilidad, me sería imposible estudiar. Solemos viajar todos los meses al extranjero y no siempre estoy presente en mi residencia durante las evaluaciones".
Pol García, Iván López, Sheyla Gutiérrez o Pablo Amo, son unos universitarios más entre los 1.400.000 que hay en nuestro país; pero además, son también profesionales del deporte, una prueba más de que los jóvenes en España, cuando pueden, estudian y trabajan.
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