El obispo visitó Madrid para presentar su libro 'Laicidad del Estado e Iglesia', editado por PPC.
MADRID, 21 Jun. (EUROPA PRESS) -
La problemática que suponen hoy en día las relaciones entre el Estado y la Iglesia ha sido el tema elegido por el obispo emérito de San Sebastián, José María Setién para su último libro, 'Laicidad del Estado e Iglesia, editado por PPC y presentado hoy en la Asociación de la Prensa de Madrid.
Durante su intervención, Setién explicó que una de las soluciones que ayudarían a aclarar la situación actual entre las dos instituciones pasaría por que ambas llegaran a un acuerdo sobre cuáles deberían ser las funciones que tendrían que cumplir "al servicio de la dignidad de la persona humana".
"Es muy importante que tengamos una idea clara de la aceptación y centralidad de la persona", indicó. En este sentido, explicó que la centralidad permite que el Estado esté al servicio de la persona y reconozca todos sus derechos fundamentales. "Esto es lo que nos va a permitir adoptar un juicio valido", añadió.
Setién destacó, además, la necesidad de aclarar determinados conceptos como el que da título a su libro: la laicidad. Según el autor, debe ser entendida como "el derecho que la comunidad política tiene de disponer de sí misma y de gestionar desde sí misma los asuntos que le afectan, sin injerencia de otra autoridad ajena".
En este sentido, Setién explica que a partir de esta definición de laicidad, "la autoridad religiosa carecería de toda competencia jurisdiccional sobre la autoridad del Estado y sobre su actuación". Por ello, hace hincapié en la importancia que tiene separar los poderes del Estado y de la Iglesia, sin olvidar que lo religioso existe "quiéralo o no el Estado y así se ha de reconocer este anteriormente a cualquier toma de posición ideológica y política".
Así, el obispo, aludiendo a "la legitimidad de la opción religiosa como algo inherente a la dignidad humana", recuerda que la laicidad reclama el diálogo y el acuerdo, y que el Estado tiene la obligación de reconocer y tutelar positivamente "cualquier núcleo de influencia ejercido en la sociedad, incluidos los religiosos, a partir del ejercicio de las libertades y del pluralismo".
La problemática de la Educación
A lo largo del ensayo, Setién abarca la problemática relativa a la influencia que pueden tener las relaciones entre el ejercicio del poder político del Estado y el ejercicio de los derechos religiosos de los ciudadanos en materias como la Educación.
Según Setién, el interés del Estado por asegurar la educación obligatoria y gratuita de todos los ciudadanos, y los intereses de la sociedad y de la Iglesia por alcanzar el reconocimiento del derecho a la libertad en materia de educación escolar "deberán ser debidamente armonizados de común acuerdo".
Setién señala que el Estado debe ser respetuoso con los derechos de las personas y de la sociedad en su política educativa, "también en la actuación de los centros públicos que le son propios", y que para ello debe reconocer "la pluralidad de distintos proyectos educativos, que respondan a la diversidad de formas de pensar, de opinar, y de sentir, también en materia religiosa, propia de una sociedad democrática".
En este caso, Setién vuelve a recurrir al término de laicidad para explicar que según este concepto, "el Estado debe reconocer el derecho a realizar una opción propia y personal sobre el sentido de la vida, sea religiosa o no religiosa, y la libertad para poder vivir en la sociedad en función de ella".
En su estudio, el autor dedica además una cuidada reflexión a la fe, tanto civil como religiosa dentro de las tensiones y conflictos, y a su falta de adecuación, la "fuente" de estos conflictos, y analiza las posibles derivaciones hacia posicionamientos contrarios, y por lo tanto alejados, de lo que él denomina "auténtica laicidad".
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