Cultura.- El Servicio de Restauración de la Diputación recupera un Manual del Consell de 1600 del Archivo Histórico de Vilafamés

Actualizado: martes, 17 junio 2008 21:13

CASTELLÓN, 17 Jun. (EUROPA PRESS)

El diputado de Cultura de la Diputación de Castellón, Miguel Angel Mulet, y la directora del Servicio de Restauracion de la Diputacion y del Institut Valencià de Restauració, Carmen Perez, presentaron hoy la intervención que se ha realizado en el Archivo Histórico Municipal de Vilafamés consistente en la restauración de un Manual de Consell, correpondiente a los años 1604-1607, dos protocolos notariales del siglo XVI, y dos pergaminos con sello pendiente: una sentencia del Fernando de Aragón, de 1415 y un privilegio real de Felipe V, de 1701, según informaron en un comunicado fuentes de la corporación provincial.

El Manual del Consell es un libro manuscrito sobre papel artesanal con encuadernación flexible de pergamino. Las dimensiones son de 410 x 290 x 95 milímetros. El cuerpo del libro está formado por 407 hojas dispuestas en 18 cuadernos que, en su mayoría, se componen de 12 bifolios.

Es un papel verjurado que carece de filigranas. Hay distintas manos de escritura a lo largo del libro, aunque todas las tintas parecen de naturaleza metaloácida. Hay unos orificios en la cubierta que hacen presuponer la existencia de un sistema de cierre de correa, lo que indica que era una encuadernación de cartera.

El sistema de cosido es de archivo, con los cuadernos cosidos al lomo y refuerzos externos de piel marrón que se prolongan por la cubierta, donde están decorados con cinta azul y blanca. La cinta está formada por hilos entrelazados.

El mayor deterioro del libro se encontraba en la encuadernación, de la que se conserva parcialmente la portada y el lomo de la cubierta, y tres refuerzos. Los hilos del cosido estaban rotos y, en muchos casos desprendidos, también debido al mal estado de conservación de la encuadernación y por la ausencia de uno de los refuerzos. De éstos no se conoce la dimensión que tendrían porque no queda nada de la parte posterior de la cubierta.

El cuerpo del libro se encontraba, en general, en buen estado de conservación, excepto las primeras y las últimas hojas, debido al mal estado de la cubierta, que había perdido su función de protección de los cuadernos. Tenían pérdidas de soporte, rotos y manchas de humedad, que han producido un debilitamiento del papel.

También por el mismo motivo se encontraba más deteriorada la zona del lomo en los bifolios exteriores de cada cuaderno. Tampoco se ha conservado la guarda del inicio del libro, pero sí la del final. La tinta de la grafía no presenta ninguna alteración, excepto en las hojas deterioradas, en las zonas de las manchas, donde está empalidecida, barrida por efecto de la humedad y el desgaste del soporte

Para poder restaurar el libro ha sido necesario su desmontaje, es decir, separar el cuerpo del libro de la encuadernación, e intervenir ambas partes por separado. Para eso antes es preciso cotejar la foliación, para después poder montarlo correctamente. La intervención en los bifolios ha consistido en una limpieza en seco para eliminar la suciedad superficial, y la reintegración manual de las zonas perdidas con papel japonés.

La restauración de la encuadernación ha sido más compleja. No se ha hecho una reproducción de su forma original, ya que, a pesar de tener cierta información, no es suficiente para determinar cómo sería exactamente la encuadernación.

Se ha optado por colocar un injerto para reintegrar la zona perdida, respetando el formato del libro. Los elementos de los que se tenía mayor información se han reproducido de acuerdo con sus características originales, como es el caso de la decoración de los refuerzos, en los que se ha colocado una cinta de similares características a la que se ha conservado. También se ha reproducido el refuerzo que faltaba.

Una vez restaurado, se ha cosido, siguiendo el sistema original. Para una mayor protección se ha confeccionado una caja de material de conservación.

Los protocolos notariales son dos libros pertenecientes al siglo XVI de similares características. El 03 es de 1537 y el 04 de 1564. Son libros manuscritos sobre papel artesanal con encuadernación flexible de pergamino. El papel está verjurado y barbado, y no hay foliación original. Ambos tienen filigrana, pero es diferente en cada uno. El sistema de cosido es de archivo, con los cuadernos cosidos al lomo. La tinta utilizada es de naturaleza metaloácida.

Los dos libros se encontraban en muy mal estado de conservación. Las cubiertas estaban muy deterioradas, sobre todo la del 04, a la que le falta toda la parte anterior, cosa que puede haber causado la pérdida de los primeros cuadernos. El 03 conserva los refuerzos externos de piel, pero también tiene grandes pérdidas en la cubierta, fundamentalmente en la parte posterior.

El deterioro del cuerpo del libro también es muy similar en ambos. La falta de una encuadernación en buen estado de conservación ha producido grandes pérdidas en el cuerpo del libro, principalmente en los cuadernos exteriores. La humedad también ha contribuido al debilitamiento del papel y, en gran medida, al deterioro de la grafía. La tinta en ambos manuscritos, sobretodo en el 04, está muy deteriorada.

PERGAMINOS

La sentencia de Fernando de Aragón es un pergamino manuscrito sin pautar con plica y marcas de un antiguo plegado. Presenta dos óculos y desde uno de ellos pende enlace con sello de cera. El sello pendiente es de cera con enlace de hilos de seda de color rojo y amarillo. La tinta de la grafía es, seguramente, de naturaleza metaloácida.

Por otra parte, el privilegio real de FelipeV es un bifolio de pergamino manuscrito con sello pendiente. Hay un hilo de costura en el interior que se supone proviene de su unión a un expediente. El sello pendiente es de cera con cuna y tapa de latón, que pertenecen a otro sello perdido del que sólo quedan pequeños restos de cera y un enlace diferente al del sello del privilegio. El sello va unido al documento mediante un cabo del enlace que pasa por dos óculos hechos en el pliego. La tinta de la grafía es, seguramente, de naturaleza metaloácida.