La fiscal Gisbert atribuye el aumento a la situación política y a la pandemia: "No ayudan los partidos con tendencias al totalitarismo"
VALNCIA, 9 Ago. (EUROPA PRESS) -
La Comunitat Valenciana se ha vuelto a poner en la cabeza en 2019 en cuanto al número de delitos de odio registrados con un total de 144 de los 1.706 anotados en España. De ellos, destaca la subida de los relacionados con la ideología, que suman 43, es decir, uno de cada tres y que se sitúan en segundo lugar tras los del racismo y xenofobia.
Así se desprende de los datos recogidos en el Informe de la Evolución de los Delitos de Odio del Ministerio del Interior, consultados por Europa Press, sobre los que la coordinadora de delitos de odio en la Fiscalía de Valencia, Susana Gisbert, ha puntualizado que el elevado número de delitos en la autonomía también puede estar relacionado con que están más perseguidos que en otras CCAA.
Y es que la Comunitat es la cuarta CCAA en cuanto al número de delitos de odio en 2019, tan solo por detrás de Catalunya (514); Comunidad de Madrid (258) y Andalucía (201).
Respecto a la tipología, 48 delitos de odio estaban relacionados con el racismo y la xenofobia, y 43 con la ideología. A ellos les siguieron los delitos vinculados con la orientación sexual e identidad de género (16); con la discriminación por razón de sexo o género (9); con las creencias o prácticas religiosas (5); con personas con discapacidad (3); y con la discriminación por razón de enfermedad (2).
Así mismo, en 2019 se practicaron 57 detenciones en la Comunitat relacionadas con el delito de odio, la mayoría, es decir, 20, por ideología; 16 por racismo y 15 por orientación sexual e identidad de género. Se esclarecieron 83 hechos, una gran parte de ellos relacionados con racismo.
Para analizar estos datos, Gisbert hace una puntualización: "El elevado número de delitos de odio registrado en la Comunitat puede tener una doble lectura. Por un lado, porque es donde más crecen; y por otro, porque es donde más se persiguen". A su entender, "cada vez hay más conciencia, más especialización de los cuerpos policiales, de la Fiscalía, y más sensibilidad", ha aseverado.
También llegan a juicio más asuntos relacionados con odio y la mayoría de ellos, al menos en la Comunitat, acaban en condena. Uno de los últimos celebrados en la Audiencia de Valencia concluyó con una condena a un joven, al que se le impusieron seis meses de cárcel por agredir e insultar a una pareja gay que se negó a "ir de putas" con él.
En Valencia, ha afirmado Gisbert, "se está trabajando bien" para atajar estos delitos. Cuentan con tres fiscales --aunque ninguno de ellos con dedicación exclusiva en odio-- y dos enlaces: uno en Gandia y otro en Alzira. "Aquí nunca nada es suficiente pero estamos haciéndolo bien. Como delegada estoy muy satisfecha, también con la coordinación que hay con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, con las ONG y con diferentes instituciones", ha subrayado.
Sobre el incremento en los delitos relacionados con la ideología, la fiscal ha puntualizado: "Cuando se habla de delitos de odio piensas en un colectivo vulnerable por su raza, por ejemplo, pero luego está la ideología, que no necesariamente afecta a un colectivo de estas características".
Gisbert atribuye este incremento a la situación política del país y a la pandemia: "Se ha disparado la animadversión por motivos ideológicos. No ha ayudado la eclosión de determinados grupos políticos que manifiestan tendencias al totalitarismo", ha apostillado.
Para cometer estos delitos relacionados con ideología, las redes sociales "se han convertido en un instrumento primordial", ha expuesto: "Hay libertad para decir y escribir lo que se quiera y llegar a un gran número de personas", ha advertido.
Con todo, la fiscal Susana Gisbert ha puntualizado que los delitos de odio son perseguibles de oficio, con lo que ha recordado que cualquier persona que vea, intuya o sepa que se está cometiendo, tiene la obligación de denunciarlo. Para poder perseguirlo y atajarlo.
