Dos acusados del asalto a los Ferri reconocen el robo pero sin agresión y niegan la participación del resto

Actualizado: jueves, 11 febrero 2010 20:25

La Audiencia mantiene la vista a pesar de haberse pedido la suspensión porque un procesado alegaba tener una bala en el abdomen

VALENCIA, 11 Feb. (EUROPA PRESS) -

Dos de los 10 acusados del asalto al chalé de la familia Ferri, en la localidad valenciana de Canals, ocurrido el 4 de enero de 2006, en el que murieron dos de los atracadores, reconocieron hoy el robo pero matizaron que no agredieron a nadie ni llegaron a disparar. Así mismo, negaron la participación del resto de los procesados, y admitieron la colaboración de los dos atracadores que ya fallecieron.

Uno de los acusados que reconoció los hechos --para el que el fiscal pide una pena de 19 años y dos meses de prisión-- fue quien alegó, momentos antes de comenzar la vista, que tenía una bala en el abdomen procedente del arma que utilizó Francisco Ramírez, dueño de la vivienda y acusado en esta causa por la acusación particular de las dos muertes. Según dijo, Ramírez le disparó y el proyectil se le quedó en el estómago, aunque no había querido decir nada anteriormente "por miedo", ya que quería "desvincularse" del asunto.

Según su versión del día de los hechos, uno de los asaltantes fallecidos le propuso robar en esta vivienda puesto que "le debían dinero", y él aceptó ante la falta de recursos. Antes de cometer el robo, comentó que acudió una o dos veces a vigilar el chalé junto a los dos fallecidos y otras personas que no identificó. Lo que sí aclaró es que entre ellas no se encontraban las ocho personas más procesadas en la causa.

Ese día, indicó que acudió en una furgoneta junto a otro hombre --que también reconoció el robo-- a la casa, entró por la parte de detrás tras saltar una tapia y se introdujo en el interior "con otras personas" tras adquirir las llaves de la vivienda principal. En este punto matizó que él no entró a la caseta de los caseros ni les amordazó para averiguar dónde se encontraban las cajas fuertes, tal y como sí recoge el relato del ministerio fiscal.

Una vez allí, señaló que se encontraron con Ramírez y su esposa. El hombre les abrió la caja fuerte de la planta baja y después subió a la habitación, donde aseguró que se encontraba mareado y pidió un vaso de agua. En ese momento se encontraban en el dormitorio él y otro fallecido.

PISTOLA QUE "NO SE LLEGÓ A USAR"

Afirmó que en un momento determinado, Ramírez, que se encontraba boca abajo en la cama, aunque sin estar atado, se levantó rápido con un rifle y disparó contra su compañero, "que se encontraba a menos de un metro de distancia". Concretó, al respecto, que previamente no se le había disparado, ni pegado, ni amenazado. De hecho, aseguró que su grupo sólo portaba una pistola de aire comprimido que "no se llegó a usar", según lo que él sabe.

A Ramírez, puntualizó, "se le trató bien, nunca le pegaron ni le hicieron daño" y sin embargo él, según destacó, "apuntó directamente contra el otro hombre y no disparó al aire". Tras este incidente, señaló que bajó las escaleras e intentó ayudar a la persona que había resultado herida a salir de la casa. Una vez fuera, su compañero se quedó tendido en el suelo, porque "se mareaba", y él huyó, mientras escuchaba un tiroteo en el interior del domicilio.

Con esta versión, afirmó que rectificaba lo declarado ante la Guardia Civil tras ser detenido por estos hechos, donde aseguró que se vio "obligado" a ofrecer otra versión porque le "amenazaron" con quitarle a su esposa y a su hija. Así, ahora, negó que el resto de sus compañeros procesados --excepto uno, quien también reconoció-- participaran en el robo.

Por su parte, este otro hombre que sí aceptó en parte los hechos --para el que el ministerio público reclama 11 años y medio de cárcel--, afirmó que tan sólo se encargó de conducir una furgoneta hasta el lugar, junto a otras personas, pero que se quedó fuera y no entró ni en la casa ni dentro del recinto acotado. "Me quedé en la carretera, esperando. No bajé del coche". Al rato salieron sus compañeros, le dijeron que había un tiroteo y huyó, sólo quería volver a su casa, "no quería saber nada", dijo.

De esta manera, también modificó la versión que ofreció ante la Guardia Civil, donde confirmó unos hechos e identificó a algunas personas porque le aseguraron, según comentó, que "el más tonto se va a comer todo el marrón". Así, agregó, "acusé a todo el mundo sin conocer a nadie".

En esta línea, los otros dos acusados que hoy prestaron declaración --para los que el fiscal pide 11 años y medio y 19 años y dos meses de cárcel respectivamente-- negaron su participación y rectificaron su declaración ante la Guardia Civil. Uno de ellos afirmó que reconoció los hechos "porque los agentes me decían lo que tenía que decir, y si lo hacía evitaría que mi pareja y mi hermano estuvieran involucrados". Así, indicó que el dinero y las joyas intervenidas en su casa eran suyas y de su familia, y que el pasamontañas que se encontró cerca del lugar del robo con su AND "lo podría haber prestado. No me lo explico", señaló.

Junto a él, el otro acusado también aseguró que no participó en el robo porque ese día estaba en Barcelona, y señaló que no realizó ninguna llamada al resto de procesados a pesar de que constan en su teléfono móvil, según el fiscal. Además, señaló que el pasamontañas que se encontró con su AND "lo comparto con otros". Respecto al subfusil hallado en su domicilio, indicó que era de otra persona, a la que identificó por medio de un pasaporte.

UNA BALA EN EL ABDOMEN

Las defensas de los procesados pidieron la suspensión de la vista tras alegar uno de ellos llevar una bala en el abdomen procedente de la pistola utilizada por Francisco Ramírez. La acusación particular justificó su petición de suspensión al indicar que en la inspección ocular realizada en el chalé se hallaron cuatro casquillos de bala, aunque sólo se localizaron tres proyectiles, --dos en el cuerpo de uno de los fallecidos y un tercero en el del otro--, por lo que faltaba averiguar donde se encontraba el último de ellos, que estaría en el abdomen de este acusado, que aseguró no haberlo dicho antes "por miedo", según su defensa.

Ante esta nueva alegación, tanto la acusación particular, que pide 30 años para Ramírez por las dos muertes, como las defensas de los acusados por el asalto, justificaron la petición de suspensión porque si se verifica la existencia de esta bala, se podría añadir como pieza de convicción y acusar de un nuevo delito al dueño del chalé.

Por su parte, tanto el ministerio público como la defensa de Ramírez se opusieron a esta petición al entender que forma parte de una "maniobra dilatoria" y que este procesado dijo en su declaración ante la Guardia Civil que había sido rozado por una bala pero no alcanzado, por lo que estiman que este argumento no es cierto.

Tras escuchar estas alegaciones, la Sala estuvo cerca de una hora deliberando, y decidió no suspender la vista en base a que la manifestación de este procesado no ha sido "inesperada", puesto que en su declaración ante la Guardia Civil ya comentó que una bala le había rozado por el costado. Además, consideró que la acreditación de la existencia de este proyectil no alteraría la información relevante para el enjuiciamiento de los hechos.