Innova.-El hospital Doctor Peset de Valencia incorpora una técnica más sensible para el diagnóstico del cáncer de vejiga

Actualizado: lunes, 28 abril 2008 14:33

VALENCIA, 28 Abr. (EUROPA PRESS) -

El Servicio de Urología del Hospital Universitario Doctor Peset de Valencia ha empezado a utilizar la cistoscopia de fluorescencia con luz azul para el diagnóstico del cáncer de vejiga, una nueva técnica "más sensible y precisa" que revela lesiones tumorales que pueden no ser vistas con la cistoscopia estándar con luz blanca, según informaron fuentes de la Generalitat en un comunicado.

Este nuevo procedimiento está "especialmente indicado" en la detección de tumores superficiales, que no llegan a la zona muscular, como son las lesiones papilares o el carcinoma in situ, que constituyen el 75 por ciento de los casos de cáncer de vejiga.

Estos tumores superficiales suelen tener un pronóstico bueno, pero casi la mitad de ellos "vuelven a manifestarse y lo pueden hacer no como superficiales sino como tumores infiltrantes mucho más agresivos y con peor pronóstico, por lo que es importante su detección precoz y tratamiento", destacó la misma fuente.

La cistoscopia de fluorescencia con luz azul, en comparación con la blanca, "permite detectar hasta un 30% más de pacientes con cáncer de vejiga, según diversos ensayos clínicos europeos, y hasta un 67% más de lesiones de carcinoma in situ, una lesión plana que puede ser difusa y difícilmente distinguible de una mucosa de apariencia normal" si se usa la técnica anterior. .

Además, el nuevo procedimiento que a partir de ahora incorpora el Hospital Universitario Doctor Peset posibilitará que uno de cada cuatro pacientes con tumor de vejiga confirmado "reciba un tratamiento más adecuado, con terapias más efectivas, ya que se consigue una mejor detección tumoral en comparación con la cistoscopia estándar con luz blanca".

La cistoscopia es un procedimiento que permite al urólogo visualizar el interior de la vejiga y de la uretra "detalladamente utilizando" un endoscopio especial --un tubo con una cámara incorporada--. Si durante el examen aparece algún tejido anormal, se puede tomar una pequeña muestra para biopsiarla u optar por la extirpación total de la lesión en ese mismo momento.

Para realizar la cistoscopia de fluorescencia con luz azul, se utiliza hexaminolevulinato, un agente de imagen óptica que se introduce en la vejiga a través de un catéter y que, una vez allí, se convierte en porfirina, un compuesto químico fotoactivo del cuerpo humano que se acumula selectivamente en las células que proliferan con rapidez, como es el caso de las tumorales.

Al realizar la cistoscopia, la luz azul que se utiliza provoca que la porfirina de los tumores emita una fluorescencia de color rojo que contrasta con la mucosa normal, que permanecerá en color azul. De este modo se pueden localizar de una forma "totalmente precisa" cualquier tipo de lesiones malignas y premalignas de la mucosa que recubre la vejiga.

"COMPLEMENTO"

Esta nueva técnica complementará a la tradicional cistoscopia estándar con luz blanca y a la citología urinaria, una técnica de "gran sensibilidad pero que no aporta información sobre la localización o la extensión del tumor". El doctor Manuel Gil Salom, jefe del Servicio de Urología del Hospital Doctor Peset, señaló que empezarán a usarla "en pacientes con alta sospecha de cáncer de vejiga debido a que la citología ha sido positiva pero en los que tanto la cistoscopia con luz blanca o las ecografias no nos permiten localizar el tumor".

Además, también se utilizará "en pacientes con tumores recidivantes con afectación difusa en los que se necesita la mayor precisión posible para extirpar la totalidad de las zonas afectadas y así evitar nuevas recaídas".

El cáncer de vejiga afecta a 20 personas por cada 100.000 habitantes. Se trata del cuarto cáncer más común en el varón, después del de próstata, pulmón y colon, y su aparición suele asociarse directamente al tabaquismo y al contacto directo con industrias de colorantes, tintes o disolventes.

El doctor Gil Salom añadió que el objetivo es "poder diagnosticar el mayor número de tumores superficiales para tratarlos cuanto antes y evitar que se vuelvan más agresivos o que recidiven". "Las lesiones papilares pasadas por alto o extirpadas insuficientemente pueden evolucionar a enfermedad invasiva, por lo que poder detectar zonas tumorales que antes no veíamos podrían hacer disminuir o incluso eliminar la necesidad de repetir la resección transuretral de la vejiga en algunos pacientes, ya que la mitad de los tumores de vejiga superficiales vuelven a aparecer con las técnicas actuales", indicó.