Antonio Gala asegura, durante la presentación de 'Granada de los nazaríes', haber dejado su corazón en la Alhambra

Actualizado: jueves, 28 septiembre 2006 23:00


GRANADA, 28 Sep. (EUROPA PRESS) -

El escritor cordobés Antonio Gala, que presentó hoy en Granada la reedición de su obra 'Granada de los nazaríes', publicada por la Fundación Lara dentro de la colección 'Ciudades Andaluzas en la Historia', explicó que su vinculación a la ciudad es "muy clara", ya que "si tuviera que elegir un lugar, no ya una maravilla del mundo, sino un sitio donde dejé mi corazón, este sería la Alhambra".

En rueda de prensa en el Palacio de Carlos V, Gala valoró que en su obra --que da voz a la ciudad de Granada, protagonista y narradora de su propia historia, a través de la Alhambra-- ha puesto "más carne en el asador en el estricto sentido de la palabra", porque la Alhambra es, según señaló, "un relicario, un lugar al que vuelvo de vez en cuando para ver cómo está ese corazón mío".

Por ello, según explicó, es la Alhambra la que narra la propia historia de los nazaríes; y lo hace, además, en primera persona, ya que "da la impresión de que lo que se dice es más auténtico y el lector tiende a sentirse obligado a escuchar y leer", según consideró.

Precisamente, en los años 1986 y 1987, el escritor residió en la Alhambra: en habitaciones del Washintong Irving y en la Fundación Rodríguez Acosta. "Qué sustos nos dábamos el sereno y yo", bromeó el autor, asegurando que, en cualquier caso, la Alhambra "merece verse por dentro".

En este sentido, se refirió de forma irónica a las críticas de Pío Baroja sobre el monumento: "Hay algo que nos separa de los vascos. Uno de ellos dijo que La Alhambra parecía un puesto de horchatas. Y visto así, claro, a mi el Guggenheim me parece una papiroflexia con papel albal". Por ello, según valoró, "a la Alhambra hay que entenderla".

Al hilo de esta cuestión, Gala explicó que hay que considerar que el conjunto monumental es "puro refinamiento", ya que se trata del "tercer rellano de la escalera de descenso del Islam en España". Así, argumentó que los omeyas trabajaron la piedra; los abasides, el ladrillo; y el tercer estadio es el de los nazaríes, que trabajaron el estuco y la escayola, materiales que, según dijo, "son absolutamente delicados".

También tuvo palabras Antonio Gala para el Palacio de Carlos V, "producto del amor" y "regalo de Carlos V a la ciudad de Granada", que, según apuntó, se empezó a construir cuando el emperador celebraba su segunda luna de miel. "Probablemente, Carlos V e Isabel de Portugal constituyan la única pareja de reyes, en este caso de emperadores, que haya estado enamorada de verdad", aseguró.

Pero su personaje preferido, según precisó, es "sin duda" Boabdil, "la última persona que habitó aquí y que ya sabía que todo estaba muerto", según apuntó. Bajo su punto de vista, se trata de un personaje sobre el que "todo el mundo calla o habla mal" y, precisamente esto le llevó a situarle como eje central de su premiada obra 'El manuscrito carmesí'

Pero, cuando esa decisión se produjo, según relató, fue también por obra del destino. Así, en aquellos momentos, el escritor era consciente de que era conocido como autor de teatro, si bien quería escribir una novela. "En un país como este, esa obra tenía que ser trascendental, ya que si no, no me hubieran vuelto a estrenar una sola comedia", manifestó.

Por ello, aunque tenía claro que se centraría en la figura de Boabdil, le puso "trampas al destino para ver si lo confirmaba", y así fue: "En aquel momento se estrenaba 'Séneca' en Bilbao y me pidieron que ofreciera la rueda de prensa en el salón Alhambra del Consistorio; después me invitaron a cenar en un salón del mismo nombre".

MINORIAS: JUDÍOS, CRISTIANOS, MUDEJARES

En 'Granada de los nazaríes', Antonio Gala se refiere a la importancia de una convivencia pacífica entre musulmanes y minorías (judíos, cristianos y mudéjares), eso a lo que, según dijo, Antonio Muñoz Molina llama 'la milonga de Antonio Gala". Pero, en su opinión, "no es ninguna milonga", ya que "los musulmanes vivieron de verdad las tres culturas", entre otras cosas, según dijo, porque "ellos eran cultos, respetaban a los otros y nosotros no".

En este sentido, manifestó que los cristianos "estábamos deseando que llegara el verano para comer a consta de las alhamas de los judíos y de los campos perfectamente cultivados por los árabes". Así, "fuimos nosotros los que no convivimos".

Por ello, Gala criticó con ironía las recientes declaraciones de José María Aznar, al que llamó "nuestro primer ministro" en las que aseguró que "los musulmanes tenían que pedirnos perdón por haber estado aquí ocho siglos", según recordó. "Es un hombre que no rige. Menos mal que las idioteces las dice en un inglés ininteligible", aseguró.

Respecto a la reciente suspensión de la ópera de Mozart en Berlín, por miedo a que se produjeran reacciones de islamistas radicales, el escritor manifestó que "los pueblos, y desde luego Berlín, deben seguir haciendo su propia vida en vez de ponerse en lo peor, porque si no es de esta forma, haremos la guerra de Irak e inventamos algo peor que lo peor", aseveró.

En este sentido, Gala se preguntó "de qué Islam hablamos", indicando que "hay quienes creen con normalidad en Alá y leen el Corán", y también hay "locos fundamentalistas como lo fuimos nosotros en una época a la que seguimos llamando de Oro", según manifestó.