Boadella confronta los valores del Quijote con la modernidad escénica en el Teatre Lliure de Barcelona

Actualizado: martes, 10 enero 2006 22:30


BARCELONA, 10 Ene. (EUROPA PRESS) -

La compañía catalana Els Joglars aterrizará el próximo jueves en el Teatre Lliure de Barcelona con 'En un lugar de Manhattan', un montaje que ensalza los valores "ya extinguidos" del Quijote y los confronta con una "modernidad escénica" que ha convertido el personaje de Cervantes en "un mindundis cualquiera".

El montaje, que se suma a los actos de conmemoración del IV Centenario de la publicación de 'El Quijote', representa "bien" el espíritu del Quijote aunque para ello "no rememora matemáticamente" la obra cervantina "ni las paridas que se han hecho este año" alrededor de esta figura, según explicó hoy el director de la compañía, Albert Boadella.

Teniendo en cuenta que El Quijote y sus valores "ya no están presentes entre nosotros", Els Joglars han apostado por confrontar el mundo actual, marcado por las pretensiones modernizadoras del mito quijotesco, con un mundo "arcaico, desaparecido, que tenía cierta gracia" al que pertenecería al Quijote.

Boadella ha tomado como punto de partida este enfrentamiento de los valores del cabellero de la triste figura --dignidad, amor platónico o lucha por causas imposibles-- con "la obsesión estafadora que caracteriza el momento artístico" y ha convertido al Quijote (Ramon Fontseré) en un lampista y a un Sancho Panza catalán (Pep Vila) en su ayudante, ambos recién salidos de un frenopático. La directora del centro es Dulcinea.

A lo largo del montaje, El Quijote será acogido por unos duques que han leído la primera parte de la obra y que le crean situaciones estrafalarias sólo para divertirse, se encontrará con una comitiva de delincuentes, confundirá ganados de ovejas con ejércitos y luchará contra el Caballero de la Blanca Luna en la playa de la Barceloneta.

Boadella explicó que a pesar de que en la actualidad existe "un gusto por el teatro de esfuerzo", en sus espectáculos apuesta por que "las cosas brillen con naturalidad, como si los actores improvisaran", aunque aclaró que "cada gesto, movimiento o palabra están perfectamente milimetrados", fruto de más de 1.200 horas de ensayos.

Ramon Fontseré, que encarna al Quijote, recordó hoy que "ya había hecho personajes muy quijotescos como Dalí o Pla" pero éste "me atraía mucho", por lo que "me he sumergido en su mundo antiguo en un trabajo lento pero pausado".

Tras su paso por el Teatro Albéniz de Madrid, Boadella, que confesó que todo el equipo "ha mamado" la obra de Cervantes antes de empezar a trabajar, se instala hasta el 5 de marzo en Barcelona, donde "por razones injustas e injustificadas" algunos de sus anteriores montajes o actos de la plataforma Ciutadans per Catalunya, a la que pertenece, han sido boicoteados.

"UNA REGION PROVINCIANA"

"En este país hay muchos paranoicos, lanzaron octavillas contra 'La torna de la torna', vino gente a interrumpir un acto en Girona y me parece una irracionalidad propia de una región con voluntad de seguir siendo provinciana", aseguró el dramaturgo.

Boadella recordó que a partir de 1989, a raíz de la serie de televisión 'Som una meravella', creada por Els Joglars, el número de espectadores de las funciones de la compañía en Catalunya "cayó en picado" y, de hecho, "tuvimos que salir del Teatro Condal por falta de público". "Por suerte, nos salvó el Albéniz en Madrid porque nos íbamos a pique", añadió.

Aunque el montaje es una coproducción de Els Joglars con la Comunidad de Madrid, el dramaturgo catalán quiso dejar claro que "no somos vasallos de Esperanza Aguirre".

Els Joglars, que este año cumple sus 45 años de trayectoria, está formado actualmente por 23 actores, "una cosa difícil de mantener", según admitió Boadella, que aseguró que la compañía "ha sido una auténtica utopía".