Para que una compañía teatral se consagre debe actuar con éxito en Madrid o Barcelona

Actualizado: sábado, 22 julio 2006 0:00

BAEZA (JAÉN), 21 Jul. (EUROPA PRESS)

El productor teatral Toni Benavent sostuvo ayer que para que una compañía se consagre es necesario que "triunfe, o al menos que no sea un desastre, en Madrid o en Barcelona", aunque aseguró que se puede vivir profesionalmente sin eso, ya que no es una condición 'sine qua non', sin embargo "para que te den la alternativa de alguna manera tienes que tener dos o tres espectáculos en los que la crítica de Madrid o Barcelona te haya tratado bien y que no hayan ido mal de público".

En esa línea, Benavent explicó a Europa Press que hay dos núcleos urbanos donde "existe realmente industria de artes escénicas y son Madrid y Barcelona", ya que en Cataluña la Administración decidió dar dinero para el teatro y convertirlo en una tarjeta de identidad suya, tal vez con la intención de dar una visión abierta y cosmopolita y, actualmente, "de las compañías más importantes que hay en España la mayoría son catalanas".

Así, 'Els Joglars', 'La Fura dels Baus', 'Tricicle' o 'Comediants', son algunas de las más conocidas mientras que en el resto de comunidades "destacan la de la propia Autonomía y alguna más", aclaró, aunque también hay ejemplos meritorios por otras partes de España, como 'La Cuadra' de Sevilla.

El productor valenciano, que fundó junto a Carlos Alberola la empresa 'Albena' dedicada a la gestión, producción y distribución de espectáculos, señaló que en Madrid "es muy difícil meter la cabeza porque la cartelera tiene nombres, tanto de directores, como de autores y sobre todo de actores y actrices conocidos, lo que implica que para que una compañía presente su trabajo en Madrid lo tendrá muy crudo y precisará de mucha paciencia porque la gente --continuó-- ante una cartelera tan repleta como la de la capital, va a optar por algo conocido, y no por algo de lo que no ha escuchado hablar".

Albena es una empresa que trabaja sobre todo en el área mediterránea, no sólo en la Comunidad Valenciana sino también en Cataluña y Baleares, por lo que Benavent explicó que suelen estrenar los espectáculos en valenciano, ya que "es como piensan, y además otorga mayor fluidez al lenguaje y la improvisación, sin embargo, unos meses después "automáticamente todos los espectáculos de Albena tienen su versión castellana", aclaró.

A la pregunta de si en el área mediterránea vende más una obra en valenciano que en castellano, Benavent respondió que "suele ocurrir al contrario, que vende más en castellano, pero también se hace así para mantener una lengua o defender una seña de identidad".

Por otro lado, Toni Benavent, que ha participado en la Escuela de Teatro que la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA) organiza en Baeza (Jaén), afirmó que el teatro "está dando juego y va a seguir dándolo en los próximos años a nivel de gestión cultural", ya que aseguró tener la sensación de que en la industria escénica "faltan gestores, por lo que los jóvenes que tengan pasión y ganas de trabajar en este terreno van a tener posibilidades, lo que pasa es que es un negocio complicado", aseguró.

Además, apuntó que en los últimos años se habla menos que nunca de la eterna crisis del teatro, ya que, según la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), cada temporada "crece sobre un cinco por ciento el número de espectadores de teatro, mientras que en otras artes desciende, como ocurre con el cine o la venta de discos, pero el teatro es artesanal --agregó-- y ese es su defecto y a la vez su virtud, porque precisa del contacto directo del espectador con los actores y las emociones".

Sobre el riesgo que implica la producción teatral, Benavent equiparó el negocio del teatro al del fútbol, "porque si se tiene un equipo extraordinario habrá partidos que se ganen, pero necesariamente habrá otros que se pierdan, por lo que hay que tener tranquilidad y recursos cuando vienen los malos tiempos".

Así, destacó la importancia de no forzar demasiado un espectáculo, en el sentido de que "si no funciona hay que mantenerlo lo mínimo posible y buscar una alternativa para no presionar la maquinaria, ya que si el público se siente defraudado es posible que no vuelva a ver a esa compañía, o a ese director o a ese autor", concluyó.