MADRID, 8 Jun. (EUROPA PRESS) -
Ramón Masats, Premio Nacional de Fotografía 2004, propone en la exposición 'Contactos', ubicada en la Real Fábrica de Tapices, un recorrido por su obra gráfica para mostrar su mirada "pura" e "intuitiva" que poco ha cambiado en más de cuarenta años de trayectoria profesional.
Organizada por la Dirección General de Bellas Artes y Bienes Culturales del Ministerio de Cultura en el marco de PhotoEspaña 2006, esta muestra, abierta hasta el 23 de julio, recoge sesenta dípticos, en donde el fotógrafo enfrenta sus trabajos iniciales, en blanco y negro, con sus proyectos más recientes.
"De repente, mirando fotos antiguas descubrí que mis últimos trabajos en color tenían mucho que ver con mis primeras fotos y comprendí que todo lo que puedes dar lo puedes hacer desde un principio", aseguró Masats, quien se considera un artista "puro", "intuitivo", "irónico" y "nada cerebral".
SIN MENSAJE
Por ello, Masats no encuentra una explicación lógica a la mayoría de sus trabajos y asegura que sus fotos no tienen un mensaje explicito. "Si hay alguna foto con mensaje es porque se me ha escapado", apuntó este artista con su peculiar ironía que también plasma en la mayoría de sus imágenes.
Asimismo, este artista que huye de los nostálgicos que adoran la fotografía en blanco y negro y se muestra partidario del color, explicó a la prensa que en cualquier sitio se puede encontrar en una buena foto y por ello sigue pidiendo a sus amigos que le inviten a bodas y bautizos para hacer fotos.
La muestra se abre con una frase del músico norteamericano Lou Reed que define el carácter de su trabajo y de su personalidad:"Que yo sea el autor de estas canciones no significa forzosamente que sepa de qué va". En la exposición se hace un repaso a toda la obra del autor en tres partes diferenciadas. La primera está compuesta por más de cincuenta dípticos en los que imágenes de su primera etapa en blanco y negro se contraponen a fotografías más recientes realizadas en color. El segundo apartado, recoge un grupo de fotografías sueltas en blanco y negro y el tercera parte acoge una proyección en la que se hace un repaso de los años de Ramón Masats como realizador de cine.
El ATRACTIVO DE LA REALIDAD
Estampas cotidianas, la belleza de las fiestas tradicionales o la España más profunda de los años 60 se observan en estas fotografías de un artista, muy ligado a la realidad que descubrió el atractivo de la fotografía de manera casual gracias a un amigo. En este sentido, afirmó que aunque la miseria de la etapa de Franco ha desaparecido, aseguró que la fotografía en España esta peor ahora que hace unos años".
En esta misma línea, aseguró que el panorama es "desalentador" para los fotógrafos que quieren vivir de su trabajo y criticó la infravalorización de los reporteros gráficos. "Pero quien tenga necesidad y afición por la fotografía, que insista", apuntó este fotógrafo, que consiguió elevar el reportaje a la categoría de trabajo de autor gracias a su renovación del lenguaje fotográfico.
Respecto al auge de la fotografía creativa, Masats señaló a Europa Press, que no le interesa nada este tipo de imágenes y aseguró que sus defensores suelen ser "artistas que no saben dibujar".
Preguntado por su opinión sobre los avances de la fotografía digital, Masats comentó que, aunque no los utiliza, si volviera a empezar como fotógrafo en estos momentos, empezaría por la fotografía digital.
Entre los dípticos expuestos, el fotógrafo comentó la contraposición de una imagen de momias humanas tomada en Guanajuato (México) en 1963 con otra de atunes muertos apilados en Cádiz en 1985. "La muerte nos iguala, porque todos terminamos amontonados", alegó.
Fruto de su trabajo fotográfico, Masats ha publicado tres libros de referencia para la historia del reportaje gráfico español: 'Neutral corner' (1962), con textos de Ignacio Aldecoa; 'Los Sanfermines' (1963), con textos de García Serrano, y 'Viejas historias de Castilla la Vieja' (1964), con textos de Miguel Delibes.En 1965 Masats deja la fotografía por el cine y la televisión y en 1981 regresa al mundo de la fotografía iniciando una fructífera relación con la editorial Luna Wennber (Lunwerg Editores desde 1983).
En esta etapa el fotógrafo cambia de registro; sintetiza las cualidades del color y retrata a una España complacida en el desarrollo. En sus imágenes pierde protagonismo la figura humana en favor del grafismo y el color.
