BARCELONA, 2 May. (EUROPA PRESS) -
El Juzgado de Instrucción número 6 de Barcelona desestimó la querella por injurias presentada por el presidente del FC Barcelona, Joan Laporta, contra el ex director del Museo del club, Albert Pujol, que fue despedido el año pasado tras 16 años en el cargo y acusó a Laporta de gestionar el club para su beneficio personal.
En el auto, que Pujol ha distribuido hoy a los medios en una nota de prensa en que asegura que es una sentencia "contra la dictadura" de Laporta, el juez señala que no ve "ningún ánimo de ofender" en las acusaciones y que éstas no se encuentran "entre las que comúnmente se identifican como abiertamiente injuriosas, como insultos".
Asimismo, considera que las manifestaciones del ex empleado del club no "ofenden de manera penalmente relevante" a Laporta, al que Pujol acusó de gestionar el Barcelona para su beneficio "personal, político y familiar" y de convertirlo en "un clan de amiguetes" mediante la creación de "un batallón de fieles al régimen".
Igualmente, asegura que "en ningún momento dice ni sugiere que nadie haya cogido de manera irregular bienes o dinero del club", pese a sus alusiones a un "escándalo económicio" y a un "asalto a la caja del club" por el incremento de los gastos, y entiende que de las palabras de Pujol "se deduce impotencia, frustración y humillación".
También sostiene el juez que "nada" en las declaraciones de Pujol "puede ser entendido, ni aún forzando sus palabras, como un ataque al Barcelona", contrariamente a lo expuesto en la querella presentada por Laporta, que consideraba que afectaban al club y eran un ataque al presidente, a la junta directiva y a trabajadores del club.
Además, señala en relación a Joan Laporta que, quien opta y accede a la presidencia de una entidad deportiva como el Barcelona, "asume para sí -y quizá pretende- esos rasgos de identidad que, inevitablemente, van acompañados de servidumbres", y que "la primera de ellas es que sus actividades se vean sometidas a la crítica".
El ex director del Museo del Barcelona, Albert Pujol, celebró la sentencia, la cual calificó de "valioso predicamento democrático", y también aprovechó para volver a pedir la "dimisión inmediata" de Joan Laporta como presidente del FC Barcelona "para dar paso a la urgente recuperación de la democracia en el seno del club".
Pujol, además, mantiene una querella contra Laporta y contra el Barcelona por injurias, ya que considera que el club justificó su despido con "falsedades". Entre otras cuestiones, fue acusado de actuar de forma "negligente" al no impedir el uso "fraudulento" de una invitación para un partido que apareció en la 'reventa'.
El Barcelona, además, justificó su despido por una "falta muy grave", de acuerdo con el Estatuto de los Trabajadores, y explicó queAlbert Pujol "incumplió y desobedeció las mínimas obligaciones laborales" y que no quiso realizar un inventario de las piezas del museo, del que había sido director durante 16 años.
