MARIENFELD (ALEMANIA), 2 Jul. (EP/AP) -
La conducta del centrocampista portugués Cristiano Ronaldo en el Mundial de Alemania podría causarle problemas en Inglaterra y con su club, el Manchester United.
El delantero portugués primero admitió que le gustaría fichar por el Real Madrid y después habló con el árbitro antes de la expulsión de Wayne Rooney, su compañero de club, cuando este propinó una patada a en los testículos a Ricardo Carvalho en el partido de cuartos de final contra Inglaterra.
Cuando el árbitro argentino Horacio Elizondo pitó la falta, Ronaldo corrió y habló con el central y cuando Rooney alejó a Ronaldo con un empujón, el árbitro le sacó la tarjeta roja.
Mientras Rooney se retiraba de la cancha, Ronaldo le hizo un guiño al banco portugués, lo que levantó la sospecha de que Ronaldo le pidiera al árbitro que expulsara a Rooney, delantero y gran estrella del equipo inglés.
Martin Jol, entrenador del Tottenham, tachó de "desgracia" la conducta de Ronaldo por tratar de influir al árbitro. "¿Qué pasó con el hidalguía deportiva?", preguntó.
El ex delantero inglés Alan Shearer también fustigó a Ronaldo. "Creo que cuando Wayne Rooney se presente al entrenamiento del Manchester United le va a dar un puñetazo a Ronaldo", indicó Shearer a la prensa británica.
Ronaldo ya mantenía una relación tensa con otro compañero de club, el holandés Ruud van Nistelrooy, pero meterse con la figura más popular del club podría ser la gota que derrame el vaso.
Ronaldo negó que hizo algo malo: "Le dije al árbitro que hubo una falta. No dije 'expúlselo"' y el meta portugués Ricardo respaldó a Ronaldo. "Siempre tiene que haber un chivo expiatorio cuando alguien pierde", declaró Ricardo el domingo. "No creo que influyera al árbitro, que estaba atento a la jugada".
El entrenador inglés Sven-Goran Eriksson dijo que conversó con Elizondo tras el partido y se manifestó de acuerdo con la explicación que le dio. "Estaba 100 por ciento seguro de que era para tarjeta roja. Me dijo que agredió al otro jugador, y en donde le pegó, así que no me puedo quejar", afirmó el técnico sueco.
