BARCELONA, 7 Feb. (EUROPA PRESS) -
Las quejas de los partidarios de Claudio Biern, con el máximo accionista José Manuel Lara Bosch a la cabeza, por el tiempo de cada intervención en el turno de ruegos y preguntas, marcaron la asamblea de los accionistas del RCD Espanyol, muy tensa, antes de la votación que enfrenta al presidente Daniel Sánchez Llibre con Biern.
Ante las 50 peticiones para tomar la palabra en la asamblea, histórica por su récord de participación (82,89 por ciento del accionariado), el consejero delegado José Luis Morlanes anunció que cada intervención sería de tres minutos, lo que molestó a Lara y a otros partidarios de Biern, que fueron abucheados por un amplio sector de la sala.
"Es absolutamente insuficiente disponer de tres minutos para replicar una hora y media de publicidad permanente". Esto fue lo único que dijo Lara, en referencia al tiempo empleado en sus discursos por Llibre, el vicepresidente económico José Luis Perelló y el consejero delegado José Luis Morlanes, que administró las intervenciones.
Tras dos horas y media de asamblea, Lara amagó con abandonar la sala --finalmente sólo unos minutos para fumar-- y fue seguido por Biern y Llibre, que le ofreció más minutos para hablar, mientras el presidente de la editorial Planeta se quejaba de los abucheos a los críticos con Llibre y de que Morlanes "tiene todo el tiempo para él".
La respuesta a acusaciones vertidas durante la campaña, la visión opuesta de ambas candidaturas sobre el futuro económico del Espanyol y la gestión de las últimas temporadas, y la queja de Lara y de otros partidarios de Biern de no poder disponer de más tiempo para intervenir, propiciaron los momentos de mayor tensión.
Hubo incluso quejas de falta de democracia, como la del responsable económico de la candidatura de Biern, José María Gay, que dijo no haber visto nada igual "desde la época de estudiante, en la dictadura franquista" y fue increpado, mientras Morlanes pedía "respeto para Gay aunque él no respete al presidente".
COLLET, DISPUESTO A IRSE "A CASA".
El final del pacto alcanzado hace un año y medio y el actual clima de división del españolismo, reflejado en la junta, también motivaron debate. El líder del grupo 'Espanyol 3.0', José María Piera, partidario del cambio, acusó a Sánchez Llibre de "dinamitar" el pacto "cuando todo iba bien en el club, deportiva, económica y socialmente".
El trasfondo es la inclusión en la lista de Sánchez Llibre de los ex directivos Joan Collet y Ramon Condal, sacrificados en el pacto de 2004 y que ahora pueden volver al consejo de administración, y que el propio Collet, en una de las primeras intervenciones, quiso defender, aunque sin tiempo suficiente para expresarse.
Collet también respondió a Lara Bosch y dijo sentirse "insultado y menospreciado" por las declaraciones del máximo accionista en que lamentaba que Sánchez Llibre esté rodeado de algunos "palmeros". "Yo no soy ni seré nunca palmero de nadie", dijo Collet, que le reclamó a Lara unas disculpas por sus palabras.
Sin embargo, Collet, muy aplaudido, tuvo tiempo después, gracias al turno que le cedió José María Alarcón, miembro de la candidatura de Biern, para preguntarse si la oposición habría renunciado a su visión "catastrofista" si se hubiese mantenido el pacto, y anunció: "Si yo soy el culpable, como dicen, votad a Dani y yo me voy a casa".
