BELFAST, 6 Sep. (EUROPA PRESS) -
La selección española sufrió un severo tropiezo en su camino hacia la Eurocopa de Suiza y Austria de 2008 al encajar una sorprendente derrota por 3-2 en Belfast ante una Irlanda del Norte que sacó partido de la ausencia de cualquier tipo de argumento futbolístico que el combinado nacional puso sobre el césped de Windsor Park.
Las últimas fases de clasificación siempre han estado rodeada de problemas. Muchos de ellos, producidos a última hora. Esta noche el guió cambió. David Healey fue el arma ejecutora de una selección británica, apalizada hace cuatro días por Islandia, y que situó a España entre sus víctimas, algo que ya hizo en el Mundial de 1982, y, más recientemente, cuando arrancó un empate sin goles en este mismo escenario y que condenó a la repesca para la Eurocopa de Portugal.
El delantero anotó los tres tantos y equilibró primero y remontó después las dos ventajas obtenidas por los españoles a través de Xavi, uno de los pocos que recordará el día por marcar el gol 1000, y Villa. Un error, una estrategia muy similar a las que tanto ensaya Luis Aragonés y un toque de calidad acabaron con una España, gris, sin velocidad, sin gol, sin ningún tipo de fútbol y que se complica su clasificación.
Ni el trío supuestamente más cualificado para desarrollar buen fútbol (Xavi-Cesc-Xabi Alonso) pudo crear algo de juego, los delanteros estuvieron inexistentes y dominados por los férreos marcajes de los defensores rivales, todo lo contrario que los españoles, despistados. Taylor apenas tuvo demasiado trabajo y Casillas no detuvo el que tuvo.
La selección se encontró con terreno minado. El rival eligió, como estaba previsto, el camino de la fuerza y el ímpetu, bien agrupado en torno a Taylor, sustituto tempranero del lesionado Carroll. Los de Luis Aragonés tuvieron la pelota, pero no supieron demasiado bien que hacer con ella.
De todos modos, el combinado nacional logró lo que deseaba, un tempranero tanto. El ansiado gol 1000 llegó antes del cuarto de hora tras una buen centro de Antonio López desde la izquierda que Xavi empalmó con acierto a la red.
ERROR DE XABI ALONSO Y VUELTA A EMPEZAR
El gol debería haber tranquilizado a España y provocar más precipitación en los británicos, con poco fútbol en sus botas, si acaso el del pelotazo. Sin embargo, en uno de esos, Pablo perdió la pelea y Xabi Alonso cometió un error de infantil que Healey no desaprovechó para empatar y premiar a su animoso público, incansable durante los 90 minutos.
Poco le había durado la alegría a Luis Aragonés. El empate no cambió el panorama anterior, salvo en el marcador. Albelda, lesionado, dejó su sitio a Cesc, pero tampoco el joven pudo unirse a Xabi Alonso y Xavi para crear algo de juego, y los de arriba estaban perdidos.
Por ello, se llegó al descanso con el 1-1 y sensaciones preocupantes. Aragonés recurrió a Míchel Salgado para tener más llegada por la banda derecha y casi sin tiempo para saber si el cambio mejoraba o no, David Villa culminó la mejor jugada del equipo para poner el 1-2.
La experiencia y superioridad futbolística debería haberse impuesto desde entonces. No se había hecho desde el minuto uno y la gran noche de Healey metió a Irlanda entre las 'bestias negras' de segunda fila del combinado nacional, que se terminó por deshacer tras el empate a dos.
